Lourdes reconoce un milagro concedido a un soldado herido durante la Primera Guerra Mundial - Alfa y Omega

Lourdes reconoce un milagro concedido a un soldado herido durante la Primera Guerra Mundial

El santuario francés declara que el inglés John Traynor se curó en 1923 de las heridas sufridas durante la batalla de Galípoli

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Santuario de Lourdes
Santuario de Lourdes. Foto: Flickr / María García Huertas.

Ya hay un nuevo milagro oficial en el santuario mariano de Lourdes, el que constituye el número 71. Se trata de la curación de John Traynor, un soldado inglés gravemente herido durante la Primera Guerra Mundial, que en 1923 peregrinó a este lugar con la diócesis de Liverpool y resultó sanado de sus dolencias. Así lo han reconocido la Oficina de las Constataciones Médicas de Lourdes y el arzobispo de Liverpool, Malcolm McMahon.

Traynor, nacido en Liverpool en el año 1883 y de madre irlandesa, se alistó en la Marina Real británica a principios de la Primera Guerra Mundial. Fue herido por primera vez el 8 de octubre de 1914 cerca de Amberes (Bélgica), y meses después fue alcanzado por las balas de una ametralladora durante la batalla de Galípoli, en la actual Turquía.

Los años siguientes fueron un calvario de tratamientos y cirugías, hasta el punto de que una de ellas le provocó una parálisis parcial de ambas piernas. Llegó a perder el uso de su brazo derecho, pero siempre se negó a que se lo amputaran. A todo ello se sumaron los frecuentes ataques epilépticos que le atormentaban.

Imagen con la foto de Traynor difundida por la diócesis de Liverpool
Imagen con la foto de Traynor difundida por la diócesis de Liverpool. Foto: Diócesis de Liverpool.

En 1923, su estado era tan grave que ingresó en un hospicio para enfermos incurables. Ese mismo mes de julio, viajó a Lourdes con motivo de la primera peregrinación de la archidiócesis de Liverpool al santuario. El día 25 se curó tras sumergirse en una de las piscinas y participar en la procesión eucarística y la bendición de los enfermos. Ese mismo día, los médicos que acompañaban a la peregrinación constataron su estado, y el 7 de julio del año siguiente volvió para declarar ante la Oficina de las Constataciones Médicas su curación. Allí, su responsable, el doctor Vallet, concluyó que el proceso de su sanación estaba «absolutamente fuera y por encima de las fuerzas de la naturaleza».

Durante los años siguientes y hasta su muerte en 1943 por causas que no tenían que ver con sus patologías previas, volvió una y otra vez a Lourdes para ayudar como voluntario y camillero de otros enfermos.