«Los Ulma salvaron las raíces por las que somos cristianos»
Aunque los nazis no pidieron a los Ulma renegar de Cristo, «el hecho que desencadenó su asesinato y martirio es solo uno: haber acogido a personas judías», ha declarado el cardenal Marcello Semeraro en Polonia antes de la beatificación de esta familia
«Lo primero que quiero decir es que la beatificación de los Ulma es un reconocimiento de mártires. No se trata solo de una familia buena, heroica, valiente y generosa que escondía a judíos en su casa. Es la declaración de una familia católica que se nos propone como ejemplo», ha declarado este sábado el cardenal Marcello Semeraro, prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos, en la sede de Cáritas de Łańcut, Polonia. Él presidirá la beatificación de los Ulma el domingo 10 de septiembre.
El cardenal italiano ha insistido en la rueda de prensa previa a la beatificación de estos mártires asesinados por los nazis en 1944 que «lo importante no es la gran fuerza de voluntad de esta familia, sino expresar una verdad teológica». Ha aclarado que el concepto de martirio «se define como ser asesinado en odio a la fe católica». Aunque «es cierto que los perseguidores no pidieron a la familia renegar de Cristo, el hecho que desencadenó el asesinato y martirio es solo uno: haber acogido a personas judías». Un gesto que bajo la dominación nazi de Polonia estaba castigado con la pena de muerte. «No es un asesinato político, sino un castigo por seguir la parábola del buen samaritano».
El cardenal ha reivindicado que los Ulma «custodiaron las raíces de las que Cristo nació y este es un elemento teológico fundamental». «Vuestra patria ha regalado a la Iglesia un Papa, Juan Pablo II, que llamaba a los judíos «nuestros hermanos mayores»», ha dicho Semeraro a los polacos reunidos en Łańcut. «Pero yo digo más, los Ulma no solo protegieron a sus hermanos mayores sino las raíces por las que somos cristianos».
El prefecto del Dicasterio para las Causas de los Santos ha recordado que «es la primera vez que la Iglesia católica beatifica de una sola vez a una familia». Y aunque existen casos en los que madre e hijo son santos (como santa Mónica y san Agustín) o viceversa (como santa Teresita de Lisieux y sus padres), «es el martirio lo que beatifica a toda esta familia, en la que los padres habían proporcionado una educación católica». «Es sobre todo una celebración de la gracia del matrimonio», ha sentenciado.
«Los hijos no eran culpables de nada»
En la rueda de prensa, Marcello Semeraro ha explicado por qué a los hijos de los Ulma se los considera también mártires aunque no tomaran la decisión de esconder a judíos en su casa. «No eran culpables de nada. ¿Por qué los mataron los asesinos? Podrían decir que los padres habían cometido el delito de acoger a los judíos, ¿pero por qué a ellos?», se ha preguntado Semeraro. Y ha aclarado que, «han sido incluidos en el martirio al haber sido bautizados en la sangre de sus padres», que murieron junto a ellos.
Finalmente el purpurado se ha pronunciado sobre la reciente decisión de beatificar y considerar también como mártir al último de los Ulma, quien según la tradición polaca murió en el vientre de su madre, pero que según el testimonio del sepulturero de la familia había comenzado a nacer en el momento del ataque y su cabeza asomaba del cuerpo de su madre. «Los estudiosos de la causa han hecho notar que el niño llegó a ver la luz y esto se comprobó cuando se le quiso dar una sepultura digna». Motivo por el cual lo han considerado como nato y bautizado en la sangre de sus padres.