Los salesianos y Taizé, unidos por los jóvenes
Un 16 de agosto de 1815 nació Don Bosco. Ese mismo día, pero en 2005, murió el hermano Roger. Ambos siguen siendo hoy referentes del apostolado con la juventud
Hace 207 años, el 16 de agosto de 1815, nació Juan Melchor Bosco Occiena, más conocido como Don Bosco, que consagró su vida a la gente joven, particularmente a los más pobres y necesitados.
Un día después del alumbramiento, los padres del futuro santo decidieron bautizarlo en Castelnuovo de Asti. El recién nacido entró así a formar parte de la misma Iglesia a la que se ha acercado tanta gente gracias a su influencia. La alegría y el ocio fueron las herramientas con las que el sacerdote fundador de los salesianos atrajo a tantos menores para presentárselos al Señor.
Hoy los seguidores de san Juan Bosco —14.000 en total— están presentes en los cinco continentes y atienden a más de dos millones de jóvenes. Además, otros 16 millones de personas en todo el mundo se benefician de las obras sociales de los salesianos.
Un nacimiento y una muerte
También un 16 de agosto, en este caso de 2005, el mundo perdió a otro apóstol de los jóvenes, el hermano Roger Schutz, quién había fundado unos años antes la comunidad ecuménica de Taizé. Aquel día el teólogo suizo —de 90 años— fue acuchillado durante el rezo de vísperas en la iglesia de la Reconciliación, propia de la comunidad, en presencia de más de 2.5000 jóvenes.
Lo cierto, sin embargo, fue que Schutz no tenía puesta su mirada en la gente joven desde el principio. La acogida y la reconciliación entre cristianos fueron las primeras señas de identidad de la comunidad monástica, pero tras el Concilio Vaticano II el hermano Roger y el resto de miembros empezaron a organizar pequeños encuentros con jóvenes de distintas confesiones religiosas. Las cifras pronto se dispararon. En Madrid, por ejemplo, reunieron en el año 2018 a cerca de 13.000 chicos, algunos católicos, otros evangélicos y ortodoxos.