Los presos españoles completan su peregrinación a Santiago
El grupo de Teixeiro estuvo acompañado en todo el recorrido por el obispo de Mondoñedo-Ferrol, quien asegura que ha sido «un privilegio acompañar a personas que normalmente no solemos acoger ni escuchar»
Este sábado, bajo una intensa lluvia, ha culminado en Santiago de Compostela una peregrinación muy especial: más de doscientos reclusos, y también reclusas, de trece prisiones españolas han finalizado el Camino de Santiago, acompañados por capellanes, voluntarios y funcionarios de prisiones. Promovido por la pastoral penitenciaria de la Conferencia Episcopal Española, cada prisión ha elegido su propio camino llegando a desembocar todos juntos en la ciudad gallega.
Uno de los grupos destacados fue el de la cárcel de Teixeiro, de la diócesis de Mondoñedo-Ferrol, que con diecinueve personas recorrió el llamado Camino Norte partiendo de Abadín y pasando por localidades como Vilalba, Parga y Sobrado dos Monxes. Durante todo el recorrido tuvieron la presencia de su obispo, Fernando García, quien ha asegurado que «ha sido una ocasión privilegiada de encuentro con personas a las que normalmente no solemos acoger ni escuchar».
Una vez todos los grupos finalizaron su camino, y tras la marcha hacia la catedral de Santiago, se reunieron en el Monte del Gozo. Allí tuvo lugar una Eucaristía presidida por el arzobispo de Santiago de Compostela, Francisco José Prieto, y concelebrada por el obispo de Mondoñedo-Ferrol, Fernando García, junto a un grupo numeroso de sacerdotes. En el acto también participó el secretario general de instituciones penitenciarias, Ángel Luis Ortiz, acompañado por los directores de algunas de las prisiones participantes.
En la invocación al apóstol, leída por dos presos, se pidió su intercesión para que la sociedad sea más sensible a la realidad penitenciaria, apostando por la inserción social. Esta es la opción de la Iglesia, que se concreta en las pastorales penitenciarias y que lleva en su esencia el perdón, la posibilidad de conversión y la redención.
Tras la Eucaristía, tuvo lugar en el monasterio de San Martiño Pinario un encuentro «muy emotivo», según indican desde la diócesis, donde un representante de cada cárcel ofreció un testimonio sobre lo vivido durante esos días y lo que ha supuesto en sus vidas esta experiencia de libertad y de encuentro. En palabras de Juan González-Redondo, capellán de Teixeiro, «nos llevamos fraternidad, amistad, esfuerzo, momentos de silencio y reflexión sobre la propia vida, y también encuentro con Jesús, el primer peregrino».
Con la esperanza de repetirla el año que viene, una comida fraterna puso el broche a esta experiencia «de caminar juntos, escuchándonos y abriéndonos al camino de la vida en el que sentimos la cercanía de Dios. Para mí es un privilegio poder acompañar a este grupo y, este año, haber conocido mucho mejor el Camino de Santiago a su paso por nuestra diócesis: una maravilla», ha asegurado el obispo de Mondoñedo-Ferrol.