Los peregrinos tendrán un nuevo techo en Madrid
Las Comendadoras de Santiago firman un acuerdo con distintas asociaciones para convertir un ala de su convento en un albergue
Tras siglos alejadas del mundo jacobeo en el que están insertas sus raíces, las Comendadoras de Santiago de Madrid acaban de firmar un acuerdo para acoger en su convento, situado en la plaza de las Comendadoras de la capital, el Centro de Información y Acogida Internacional de Peregrinos del Camino de Santiago. Las 13 religiosas santiaguistas vuelven, de esta forma, a sus orígenes. Su orden, que data del siglo XII, nació ligada a los caballeros de Santiago, que velaban por proteger a los peregrinos que se dirigían a Santiago.
El pacto, que ha sido firmado entre las comendadoras y distintas asociaciones nacionales y extranjeras dedicadas a los peregrinos —Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga, la ONG estadounidense Peaceable Projects Inc., la Asociación de Corea en Madrid, la organización Camino Francés Federación y la Fraternidad Internacional del Camino de Santiago—, prevé que las monjas destinen una zona del convento a la acogida tradicional de peregrinos, principalmente extranjeros, que lleguen a Madrid por vía aérea y que deseen emprender el camino hacia la tumba del apóstol.
La idea surgió de la relación entre la Asociación de Corea en Madrid y la Asociación de Amigos del Camino de Santiago de Astorga. «Ellos tenían un albergue por el que pasaban gran parte de los coreanos que hacían el camino», aunque estaba abierto a todos, «pero tuvieron que cerrar el local en el que estaban y, como teníamos una relación estrecha, les dijimos si estarían dispuestos a continuar si se encontraba un nuevo local. Y aceptaron», explica Juan Carlos Pérez, presidente de la asociación de Astorga.
Detrás de la propuesta de Pérez también había una preocupación: «Madrid es la principal puerta de entrada de los peregrinos internacionales que llegan a España». Sin embargo, «la capital está perdiendo protagonismo en beneficio de París, desde donde la gente coge un tren a Saint-Jean-Pied-de-Port, o de Oporto, debido a la cada vez mayor proyección internacional de este aeropuerto». Para revertir esta situación, a las asociaciones implicadas en el proyecto les gustaría que los primeros peregrinos se pudieran alojar en el albergue de las comendadoras antes de que finalice el Año Santo Jacobeo, «aunque sabemos que es difícil», asegura Pérez.
Crecimiento de las cifras
A esta iniciativa se suma el trabajo de la Asociación de Amigos del Camino de Santiago en Madrid y de la iglesia de Santiago junto a la Cofradía de Santiago Apóstol, encargados de la atención al peregrino y del reparto de credenciales en la capital. Para Alberto Solana, presidente de la cofradía, el proyecto de Astorga y los coreanos «parece interesante, aunque también complicado por el tema económico». La intención de Solana es la de «no entrometerse» porque «nosotros no aspiramos a tener un albergue y porque, sinceramente, dudo que en Madrid sea conveniente que haya uno». Por todo ello, «de momento, somos espectadores y, una vez que lo pongan en marcha, podemos ofrecernos para ayudar en lo que necesiten».
Conveniente o no, lo cierto es que «las cifras» de peregrinos que acuden a la iglesia de Santiago para recoger la credencial para emprender el Camino de Santiago de cara al verano «son tan altas como las de temporadas prepandémicas», asegura Solana. De hecho, el tema del reparto de credenciales «es una iniciativa parroquial y nosotros lo que hacemos es echar una mano en temporada alta, y aquí estamos». El templo, que se trata del más antiguo de todo Madrid con advocación jacobea, suele entregar cerca de 10.000 credenciales al año, y, además, es el punto de partida del Camino de Madrid. Hasta el momento, «por influencia de la pandemia, son mayoría los caminantes nacionales, aunque no me extrañaría nada que dentro de poco se volviera a la normalidad absoluta, donde los internacionales eran los predominantes», concluye Alberto Solana.