Los obispos sobre el aborto: «Se ha declarado constitucional que haya seres humanos sin derechos»
Animan a los católicos a promover la cultura de la vida: «Sería muy grave quedarnos de brazos cruzados»
La Conferencia Episcopal Española (CEE), a través de la Comisión Ejecutiva, ha respondido con contundencia a la decisión del Tribunal Constitucional de avalar la ley del aborto de 2010 y consagrarlo como un derecho: «Se acaba de aprobar una ponencia que declara constitucional que haya seres humanos que no tienen derechos».
A través de una nota publicada en su página web, cita a Juan Pablo II para preguntarse: «¿Cómo es posible hablar todavía de dignidad de toda persona humana, cuando se permite matar a la más débil e inocente? ¿En nombre de qué justicia se realiza la más injusta de las discriminaciones entre las personas, declarando a algunas dignas de ser defendidas, mientras a otras se niega esta dignidad?».
Tras afirmar la dignidad de cada persona humana, independientemente de su edad, raza o estado de salud, los obispos afirman que «calificar como derecho la eliminación de manera voluntaria de la vida de un ser humano es siempre moralmente malo». «Con esta ley, el ser humano en los primeros momentos de su existencia es un verdadero sin papeles, candidato a la expulsión del seno materno», añaden.
Con todo, recalcan su apoyo incondicional a las mujeres que sufren las consecuencias de un embarazo no deseado y les ofrecen la ayuda eficaz de la Iglesia, al tiempo que recuerdan que los derechos y obligaciones del padre del no nacido «quedan inhibidos y censurados».
También consideran que con resoluciones como la que se ha aprobado, el derecho «deja de ser tal porque no está ya fundamentado en la inviolable dignidad de la persona». Y eso, continúan, lleva a la democracia «a un camino de totalitarismo».
Finalmente, animan a los profesionales sanitarios a ejercer la objeción de conciencia y a toda la comunidad cristiana a rechazar cualquier atentado contra el ser humano y a seguir trabajando por la cultura de la vida. «Sería muy grave quedarnos de brazos cruzados», concluyen.