Los obispos filipinos celebran la detención de Duterte por el Tribunal Penal Internacional

Los obispos filipinos celebran la detención de Duterte por el Tribunal Penal Internacional

Las al menos 6.000 muertes de civiles durante la «guerra contra las drogas» «formaban parte de una política que violaba el derecho fundamental a la vida», afirmó el obispo vicepresidente de Cáritas

María Martínez López
Duterte en una imagen de archivo de 2019
Duterte en una imagen de archivo de 2019. Foto: CNS.

Voces de la Iglesia de Filipinas han celebrado esta semana la detención del expresidente Rodrigo Duterte y su traslado a La Haya para ser juzgado por el Tribunal Penal Internacional. Se le acusa de crímenes contra la humanidad por las miles de muertes ocurridas durante la «guerra contra las drogas» durante su mandato, entre 2016 y 2022.

Este viernes, Duterte ha comparecido por primera vez ante la corte para confirmar su identidad. El expresidente ha participado en la audiencia inicial por videoconferencia, desde el Centro de Detención de la CPI, que está a poco más de dos kilómetros de la Corte, y confirmó su identidad con una voz cansada, de forma lenta, con ojos prácticamente cerrados y con dificultades. Los jueces le han autorizado a no acudir personalmente al tribunal porque acaba de «realizar un largo viaje».

Las muertes bajo su mandato no fueron homicidios «al azar; formaban parte de una política que violaba el derecho fundamental a la vida», aseguró el obispo Gerardo Alminaza, vicepresidente de Cáritas Filipinas, según recoge UCA News. Entre las víctimas, había muchos jóvenes de barrios chabolistas empobrecidos o adictos que trapicheaban con drogas para poder pagarse su propia adicción.

Según datos oficiales de la Policía, las víctimas de esta cruzada son unas 6.000, aunque distintas organizaciones apuntan a que los datos pueden ser mucho mayores. «Durante años, Duterte afirmó que estaba listo para afrontar las consecuencias de sus actos. Ahora es el momento de que lo demuestre», afirmó por su parte Jose Colin Bagafor, presidente de Cáritas Filipinas.

En un comunicado el 11 de marzo, día de la detención, la entidad caritativa de la Iglesia afirmó que «las familias de las víctimas merecen verdad, reparación y justicia». Y añadía: «Como nación, debemos asegurar que tales crímenes nunca vuelven a suceder. El imperio de la ley debe prevalecer. Debe administrarse justicia. Que esto sea un punto de inflexión para la nación: un paso hacia la sanación, la rendición de cuentas y el cambio real».