Este misionero burló a sus captores en latín y se escapó siguiendo las estrellas - Alfa y Omega

Este misionero burló a sus captores en latín y se escapó siguiendo las estrellas

Bernardo Blanco, fallecido a los 97 años en Filipinas, fue secuestrado 49 días por los terroristas de Abu Sayyaf. Se zafó de ellos con astucia y la contraseña «nolite credere»

Rodrigo Moreno Quicios
Bernardo Blanco en el programa 'Misioneros por el mundo' de TRECE
Bernardo Blanco en el programa Misioneros por el mundo de TRECE. Foto: TRECE.

Bernardo Blanco era un misionero claretiano nacido en Zamora y que acaba de fallecer en Quezón City, en Filipinas. También un personaje tan ilustre que la Conferencia Episcopal Filipina ha dado su pésame nada más conocer la noticia. Tenía 97 años. Ligado a este país desde 1977, llegó nada más ser expulsado de Guinea Ecuatorial junto a otros 50 sacerdotes y 200 religiosas que sufrieron persecución religiosa. En su nuevo destino sufrió todo tipo de tribulaciones, pero jamás pensó en abandonar Filipinas. Por ejemplo, fue secuestrado durante 49 días por terroristas en la isla de Basilan, al sur del archipiélago, pero se escapó de ellos con astucia y el conocimiento de las estrellas.

Sucedió en 1993, cuando ya llevaba 32 años en el país. Entonces, extremistas del grupo Aby Sayyaf le raptaron «con intención de conseguir dinero», según él mismo explicaba en vida. También vivían con incomodidad cómo se volcaba en la pastoral juvenil y promocionaba la devoción a la Virgen en el pueblo de Maluso, donde servía como párroco de la iglesia del Inmaculado Corazón de María.

Cuando los terroristas lo secuestraron, le obligaron a escribir 12 cartas con lo que ellos mismos le dictaban. Pero este claretiano ideó un método para denunciar la falsedad de lo que forzaban a redactar. Camuflando diferentes iniciales a lo largo del texto, en sus textos se podía leer «nolite credere», una expresión en latín que significa: «no creer». Comiendo solo arroz, durante su cautiverio perdió unos 200 gramos al día, por lo que al final «la ropa me colgaba».

Una noche, mientras sus captores dormían, se zafó del hoyo en que lo tenían encerrado. Lo difícil vendría después, pero con la guía de las estrellas y siguiendo una luna llena, consiguió avanzar en línea recta por la selva, esquivar los campos minados, atravesar a nado un río y finalmente encontrar quien le ayudara. Es una historia tan impresionante que en febrero de 2019 llegó a aparecer en una de las entregas del programa de Misioneros por el mundo.