Los obispos europeos alertan de las consecuencias del nuevo Pacto migratorio de la UE
La COMECE advierte de que el miedo «no puede ser el principio rector de nuestras políticas de asilo y migración»
La Comisión de Conferencias Episcopales de la Unión Europea (COMECE) se une a la preocupación de muchas entidades como Cáritas por el Pacto de Migración y Asilo al que acaban de llegar los Veintisiete. Supone poner en marcha un mecanismo de solidaridad flexible que obligará a los miembros a responder ante un socio desbordado con la llegada de migrantes, bien reubicando en su territorio aparte de las personas llegadas, bien pagando una compensación de unos 20.000 euros por cada migrante que rechace. La reforma prevé un control reforzado de las llegadas de inmigrantes a la UE, así como el cierre de centros cerca de las fronteras para devolver más rápidamente a quienes no tienen derecho a asilo en la UE.
Por un lado, la COMECE celebra que los estados miembros se hayan puesto de acuerdo en un tema como este que genera tanta división. Los países de la cuenca Mediterránea celebran el acuerdo, mientras que otros como Eslovaquia o Hungría lo rechazan.
En su comunicado, los obispos europeos temen que «la Unión Europea no proteja el derecho de asilo y otros derechos». «El peligro es que este nuevo Pacto aumentará el sufrimiento de los migrantes y solicitantes de asilo, produciendo detenciones masivas en nuestras fronteras, incluso de familias y niños pequeños, y la deportación de personas a terceros países que no son tan “seguros” como se describe», aseguran.
Indican que hay un riesgo importante de que el acuerdo vulnere los derechos humanos, el derecho de asilo y los mismos valores europeos. Por ello, la COMECE hace un llamamiento a la UE para que sea valiente y afronte la migración de otra forma, como ya ha hecho con los refugiados ucranianos.
Afirman que los principios rectores para afrontar de una forma más solidaria y digna de dar una respuesta no pueden basarse en el miedo: «El miedo a las personas que provienen de diferentes orígenes culturales o religiosos, que pueden desafiar nuestro “estilo de vida europeo”, así como el miedo al populismo y a perder elecciones, no pueden ser los principios rectores de nuestras políticas de asilo y migración».
Los obispos europeos también recuerdan que en estos días de Navidad se conmemora el nacimiento de Jesús, quien al nacer no tuvo más morada que un establo y cuyos padres tuvieron que huir a Egipto para salvar su vida. «Por eso, más allá de leyes y políticas, la Iglesia siempre estará del lado de los más vulnerables, de aquellas personas obligadas a desplazarse en busca de una vida digna», recuerda el comunicado de la COMECE.
«La vocación de Europa es trabajar por un mundo más justo y fraternal para todos, no solo para los europeos», concluyen los obispos europeos.