Los obispos de Inglaterra y Gales muestran su decepción ante el avance del suicidio asistido
La aprobación este viernes del proyecto de ley sobre suicidio asistido en la Cámara de los Comunes ha sido rechazada rotundamente por los obispos, que aseguran que «tiene errores de principio y cláusulas preocupantes»
«Estamos decepcionados». Así de tajante se ha expresado el obispo John Sherrington, responsable de los temas relacionados con la defensa de la vida de la Conferencia Episcopal Católica de Inglaterra y Gales, ante la votación que ha tenido lugar este viernes en la Cámara de los Comunes del Parlamento, donde los diputados han aprobado el proyecto de ley sobre suicidio asistido.
«Creemos que este proyecto tiene errores de principio y también contiene cláusulas particulares que son preocupantes. Pedimos a la comunidad católica que rece para que los miembros del Parlamento tengan la sabiduría de rechazarlo después de su tramitación», ha explicado el obispo en un comunicado.
La norma, que ha sido aprobada tras horas de debate con 330 votos a favor y 275 en contra, está especialmente diseñada para adultos con enfermedades terminales y que tengan una esperanza de vida menor de seis meses. Ante esto, Sherrington ha recordado que «mejorar la calidad y los cuidados paliativos es la mejor manera de reducir el sufrimiento al final de la vida», así como que «la compasión implica caminar junto a quienes necesitan cuidados, especialmente durante la enfermedad, la discapacidad y la vejez».
Además de expresar su firme oposición al suicidio asistido, la nota ha subrayado la preocupación especial de los obispos por «las cláusulas del proyecto de ley que impiden a los médicos ejercer debidamente la objeción de conciencia, proporcionando una protección inadecuada a las residencias de ancianos que no desean participar en el suicidio asistido».
«La vocación de cuidar está en el corazón de la vida de tantas personas que cuidan de sus seres queridos y es el signo de una sociedad verdaderamente compasiva. Es esencial que alimentemos y renovemos la llamada innata que tienen muchas personas a cuidar compasivamente a los demás», señala Sherrington. Finalmente, ha recordado que la Iglesia siempre defenderá la vida y apoyará «a quienes trabajan incansablemente para cuidar a los más débiles en nuestros hospitales y residencias de ancianos».