Los obispos de Ecuador consideran «diabólico» legalizar la eutanasia
«No podemos ofrecer muerte si ni siquiera proveemos los mínimos requerimientos de salud para una vida digna», aseguran en un comunicado sobre el dictamen de la Corte Constitucional del 7 de febrero
La Conferencia Episcopal Ecuatoriana (CEE) criticó con firmeza el pasado miércoles el dictamen de la Corte Constitucional del país que obliga a permitir la eutanasia en el país. En un comunicado, subraya que «la vida humana es sagrada e inviolable». Por ello, «es diabólico querer defender la vida dando a un homicidio un marco de legalidad».
Los obispos recuerdan que el fallo de la Corte Constitucional se da cuando el país apenas ofrece un 3,5 % de cobertura en cuidados paliativos para la población. «Dar paso a la eutanasia sin exigir una ley de cuidados paliativos es una muestra más del cinismo de nuestras instituciones, y del fracaso social y político de quienes las dirigen». E insisten en que «no podemos ofrecer muerte si ni siquiera proveemos los mínimos requerimientos de salud para una vida digna».
Apuntan además que «la libertad del paciente, en condición altamente vulnerable, está fuertemente condicionada y afectada emocionalmente». Por eso, temen que «muchos enfermos o personas en situaciones vulnerables se verán obligados a recurrir» a la muerte provocada «para no ser gravosos o molestos para sus familias o para el Estado».
Por otro lado, la conferencia episcopal critica también que la Corte Constitucional no concreta «qué es una lesión corporal grave e irreversible ni una enfermedad grave e incurable». Esto pone «en riesgo la vida de personas vulnerables, como por ejemplo pacientes psiquiátricos o con trastornos psicológicos». Incluso podría aplicarse a los niños. «Estamos ya al inicio de una pendiente resbaladiza cuyos caminos de muerte no engrandecen nunca a una sociedad».
La Corte Constitucional de Ecuador aceptó el 7 de febrero la demanda de Paola Roldán, una mujer de 42 años que padece esclerosis lateral amiotrófica (ELA). Exigía la aprobación de una norma que permita una «muerte digna» a personas con enfermedades muy dolorosas e incurables, que aceptan el procedimiento de manera consciente.