Los niños españoles financian la lucha contra el sistema de castas
Obras Misionales Pontificias celebra este domingo la Jornada de Infancia Misionera. A través de sus donativos y oraciones, los chavales sostienen la diócesis de Kurnool
«Esta es una zona rural en la que no entra la luz de fuera, mucha gente no sabe que tiene la posibilidad de mejorar su vida. Necesitamos tiempo». Lo explica a Alfa y Omega Johannes Gorantla, obispo desde hace ocho meses de la diócesis india de Kurnool, una circunscripción con ocho millones de habitantes y poco más de 100.000 católicos. El 90 % de ellos, al igual que el propio obispo, son dalit o intocables, un grupo que está tan excluido que incluso queda fuera del sistema de castas. Gorantla lucha a brazo partido por erradicar esta forma de organización social, ilegal según la Constitución pero que aún pervive en los pueblos. Un compromiso para el que es crucial el apoyo de Obras Misionales Pontificias, que este domingo celebra la Jornada de Infancia Misionera animando a los niños a comprometerse con sus hermanos en la India y en otros países. «Ese dinero nos ayuda muchísimo. Sin él, tendríamos que cerrar nuestros internados», confiesa.
Gorantla, quien vivió 20 años en Roma y estudió un mes en Zaragoza, explica que «España nos apoya mucho». Además de los fondos de Infancia Misionera, durante su estancia en nuestro país hizo amigos que siguen becando a 16 niñas para que sean enfermeras e ingenieras. Suponen solo una gota de agua entre toda la obra social que se realiza. Entre los 600 niños que viven en los tres principales orfanatos católicos de Kurnool y otros 600 que se alojan en parroquias o con sus padres, pero pasan el día en colegios de la Iglesia, la diócesis da de comer a unos 1.200 al día. Otra manera de ayudar a los niños dalit es permitiéndoles pagar «el mínimo por el colegio»; también en centros «privados y muy buenos», que para el resto de niños cuestan unos 150 euros al año y solamente unos 50 para los descastados.



La principal causa en la que ahora está implicado el obispo de Kurnool es que «en cada familia tienen que estudiar los niños»; un compromiso que, según sus cifras, de momento se ha logrado al 90 % y que es doblemente necesario para los dalit, acostumbrados a oír que no pueden llegar tan lejos como los demás. Él mismo relata que superó los obstáculos por ser intocable gracias a la formación. «La única forma para salir de la pobreza es estudiar. Este mensaje lo voy comunicando de pueblo en pueblo». De hecho, una de las iniciativas que tiene para el futuro es crear «centros de desarrollo rural» en los que los chicos puedan adquirir habilidades y aprender oficios al terminar la educación obligatoria, pues solo un 20 % acaba llegando a la universidad y son necesarias alternativas para la gran mayoría que se queda fuera. Sin otras ofertas, corren el riesgo de acabar trabajando en régimen de semiesclavitud.
Los internados de la diócesis también sirven para desarticular el sistema de castas. En ellos se ofrece «una vida de fe y cada día se reza el rosario», por lo que el Evangelio acaba ganando espacio a esas tradiciones tan arraigadas. Consciente de lo difícil que es contrarrestar la inercia social, el obispo ve imprescindible «tener una pasión para superarse en la vida» y vencer el «complejo de inferioridad» que las castas más altas han sembrado en las bajas durante siglos.
«España es misionera»
Fernando González, responsable de Infancia Misionera en Obras Misionales Pontificias, explica que con la jornada de este año se busca «que esta obra pueda continuar y sigamos ayudando a tantos niños en el mundo». Lleva como lema Comparto lo que tengo, una frase que recoge el testigo del Comparto lo que soy del año pasado. «Entonces nos centramos en que cada persona pusiera sus dones al servicio de los demás y ahora queremos centrarnos en la aportación material», aclara.
El responsable recuerda que «el año pasado España fue el país que más aportó». Fueron más de 2,5 millones de euros para financiar 470 de los 2.700 proyectos anuales. Más aún de los que recaudó Estados Unidos, quien edición tras edición es quien más recibe en el Domund —seguido de nuestro país—. Pero González advierte de que «no se trata de colarnos en una clasificación como si fuera la liga» sino de que, quizá por motivos históricos, «España es misionera».
Otra de las dificultades que sufre la diócesis de Kurnool es la fuga de cerebros entre ese 20 % de estudiantes que consigue llegar a la universidad. «Si alguno logra ganar dinero, marcha a las ciudades y se establece allí con su familia». Lamenta que no regresen para sacar a más vecinos de su situación, aunque explica que así es la cultura allí. «Compartir es un concepto cristiano», sentencia.