Los madrileños superaron el objetivo de los bancos de alimentos
Pese a que la DANA ocurrió un mes antes de la última Gran Recogida, las donaciones superaron la cantidad esperada de inicio
«Este año estábamos expectantes porque la DANA nos pilló en plena la fase de captación de voluntarios y pensamos que nos iba a afectar, pero al final no ha sido así. La respuesta ciudadana ha sido ejemplar, la gente sigue respondiendo ante las crisis». Lo dice Mila Benito, directora de marketing y comunicación del Banco de Alimentos de Madrid, entidad que este martes ha hecho públicos los datos de la última Gran Recogida, la que tuvo lugar en noviembre del año pasado.
Según esta información, los madrileños siguen volcándose con los bancos de alimentos, ya que se consiguieron en total 2.038.745 kilos de comida. El dato está por encima del objetivo inicial de la institución, cifrado en dos millones de kilos.
A pesar de que muchas personas acudían en esos días masivamente a ayudar a las zonas afectadas por la riada de Valencia, y a que las donaciones en toda España estaban enfocadas a paliar sus consecuencias, se superó en más de 38.000 kilos el objetivo de salida. Así, el Banco de Alimentos de Madrid recogió 364.600 kilos de alimentos físicamente en tiendas, mientras que 1.145.475 fueron conseguidos a través de donaciones económicas efectuadas en las cajas de los establecimientos.
Los restantes 528.670 se obtuvieron gracias a donaciones económicas directas por BIZUM o transferencia. Todas estas cifras indican que de media cada habitante de la Comunidad de Madrid habría donado una cantidad que alcanza casi los 3,5 kilogramos de comida.
Con los alimentos conseguidos, los bancos de alimentos de Madrid tienen capacidad suficiente para garantizar durante el primer trimestre de 2025 la seguridad alimentaria de sus beneficiarios, lo cual supone un plazo que llega hasta la próxima campaña, que tendrá lugar en primavera. Son más de 115.000 las personas en pobreza alimentaria que recibieron el año pasado una comida diaria a través de 529 entidades sociales.
Uno de los elementos que se observa a la vista de estos datos es que la donación económica directa se está imponiendo como sistema de ayuda. En este sentido, Mila Benito, confirma que esta es «una tendencia al alza desde la pandemia», cuando ante las dificultades para acumular alimentos se ofreció la posibilidad de la donación en caja. «Es algo que ha ido creciendo, lo cual es más fácil tanto para los donantes como para las cadenas, que por motivos logísticos ya no necesitan dedicar tanto espacio en tienda para las ayudas», dice Benito.
Junto a ello, «a los bancos de alimentos también nos facilita la labor, porque nos permite ir retirando alimentos cuando se necesitan», lo cual hace la ayuda «más sostenible». Los beneficiarios, al final, también salen ganando, porque este sistema «nos posibilita con el mismo dinero comprar más kilos de comida». Esto es así porque «podemos pedir precio de cada producto a varios proveedores y elegir el más barato», aumentando el monto neto de la solidaridad. Y se puede elegir qué alimento comprar y cuál no, «porque antes a lo mejor llenábamos los almacenes de pasta y lo que nos faltaba era leche o aceite, por ejemplo».