Los jóvenes de Corea ya están haciendo planes para la JMJ de Seúl - Alfa y Omega

Los jóvenes de Corea ya están haciendo planes para la JMJ de Seúl

Clara Hye Ji renunció a su trabajo para viajar a Lisboa. En la Jornada de 2027 quiere ser voluntaria, acoger a peregrinos y llevar a amigos no creyentes. Así es el catolicismo coreano en el que se ha fijado el Papa

María Martínez López
Clara —en primer plano­— se reencontró en los actos centrales con los amigos que había hecho en Coimbra. Foto cedida por Clara Kim Hye Ji.

«Es el turno de Asia», afirma con ilusión Clara Kim Hye Ji. Es una de los 1.200 coreanos que escucharon en directo al Santo Padre convocar a todos los jóvenes del mundo a participar en 2027 en la próxima Jornada Mundial de la Juventud, en Seúl. Para estar en Lisboa, a sus 28 años renunció a su trabajo como asistente de un abogado. «En Corea no te puedes coger tres semanas de vacaciones», explica a Alfa y Omega. Ahora, esta joven licenciada en Derecho está buscando un nuevo empleo.

«En Corea la sociedad está muy ocupada» con el trabajo o los estudios. Por eso cree que una JMJ en su país será muy útil para que los jóvenes católicos vean cómo viven la fe compañeros de otros países y recuerden el mensaje del «amor de Dios y la comunión con los demás»; dos cosas que quizá «han olvidado» un poco en la vorágine del día a día. Con todo, subraya que también «hay muchos creyentes apasionados», gracias a los cuales la Iglesia «sigue creciendo y desarrollándose».

Durante su estancia en Portugal el grupo de Clara, procedente de Daejeon, disfrutó especialmente los Días en las Diócesis en Coimbra. Por eso ya están pensando en cómo acoger ellos a los coetáneos que lleguen dentro de cuatro años a su ciudad camino de la capital. Una de las primeras ideas ha sido llevarlos al lugar de nacimiento de san Andrés Kim Taegon.

Clara no solo quiere ser voluntaria sino, además, acoger a peregrinos en su casa. También está animando a sus hermanos pequeños a participar. «Estos eventos son una experiencia muy valiosa para experimentar más de cerca cuánto nos ama el Señor y compartir con hermanos de todo el mundo». Espera incluso atraer a amigos no católicos, para que «vean lo hermoso que es el amor fraterno en la Iglesia». Con tantos planes, aunque le gustaría conocer Italia y Asís, la ciudad de su patrona, no sabe si podrá participar en el Jubileo de los Jóvenes, que se celebrará en Roma del 28 de julio al 3 de agosto de 2025 y será una etapa intermedia hacia Seúl.

Claves
  • Primera JMJ en Asia desde la de Manila (1995).
  • El arzobispo, Peter Chung Soon-taick, espera recibir a «cientos de miles» de peregrinos.
  • «Sería muy significativo que jóvenes de Corea del Norte participaran», ha dicho a los medios.
  • Un elemento clave serán los mártires.

El entusiasmo de Clara es muestra de una de las características de los fieles coreanos, explica la misionera española Ester Palma, que acompañaba a su grupo y que estas semanas está presentando en España su libro El catolicismo en Corea del Sur. A los jóvenes «no les da vergüenza invitar a otros. Ni a los no católicos venir a una oración o un voluntariado», porque «el catolicismo tiene muy buena imagen». Es lo que algunos han acuñado como k-catholic, un guiño al cada vez más popular género musical coreano k-pop.

Palma cree que la JMJ será ocasión de darlo a conocer más, así como la aportación de la Iglesia en ese país. En Corea, la Iglesia «nació por jóvenes laicos que recibieron la fe a través de los libros, estudiando y buscando ellos mismos. La anunciaron jugándose la vida, que finalmente entregaron». Nació así «una Iglesia muy activa, que no tiene miedo a evangelizar». Se implicó mucho en proyectos sociales para combatir la pobreza de la posguerra y «durante la dictadura de los años 80 estuvo al frente de la defensa de los derechos humanos». Por eso, a pesar de ser una minoría, «mucho de este país democrático y respetuoso ha sido levantado por los católicos».

Otro hito reciente fue cuando el Papa Francisco viajó a Corea del Sur en 2014 para participar —primera vez que lo hacía un Pontífice— en la Jornada Asiática de la Juventud, una cita de solo 2.000 jóvenes. Clara también estuvo allí. Recuerda sobre todo sus palabras de apoyo a las familias de los 299 jóvenes muertos cuatro meses antes en el naufragio de un ferri.

Palma cree que ahora, al elegir este país para la JMJ, el Papa quiere «estimular a los jóvenes de toda Asia, porque a muchos cristianos de estos países les es imposible ir a Europa». También opina que estando en un país donde «la Iglesia es misionera, tiene vocaciones y muchos laicos muy activos, querrá tocar el tema de la misión en Asia».

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