Los franciscanos vuelven a Santo Toribio de Liébana
La última comunidad de religiosos abandonó el santuario el año pasado. Los sustituyen ahora cuatro frailes de México, que se encargarán de custodiar el Lignum Crucis más grande del mundo
Tres padres franciscanos procedentes de México atenderán el monasterio de Santo Toribio de Liébana (Cantabria), que alberga la mayor reliquia del Lignum Crucis de la cristiandad. Se trata del hermano José de Jesús y de los padres Rafael y Felipe. Está previsto que próximamente se incorpore un cuarto franciscano de la misma comunidad de origen.
Los religiosos, que fueron presentados el domingo durante la fiesta de la Exaltación de la Santa Cruz por parte del obispo de Santander, Arturo Ros, toman el relevo de la antigua comunidad franciscana que anunció en abril del año pasado que abandonaba la custodia del monasterio. Tomaron la decisión dada la elevada edad de la escasa media docena de monjes que lo habitaban y la inexistencia de relevo generacional.
Se abrió entonces un período de incertidumbre sobre quién iba a custodiar a partir de entonces el santuario que acoge la reliquia de la Santa Cruz, guardada en este lugar desde hace más de once siglos. En todo caso, la diócesis cántabra aseguró desde un principio que el monasterio seguiría abierto y que no se interrumpiría el culto.
Los primeros hijos de san Francisco llegaron a Santo Toribio en el 1961. Antes de ellos, los encargados de esta labor fueron los miembros de la orden de San Benito. Ahora le toca el turno a un nuevo grupo.