Los desvaríos del veraneo. La hoguera de las apariencias - Alfa y Omega

El Teatro Infanta Isabel acoge hasta el 18 de septiembre Los desvaríos del veraneo, tercer montaje de la compañía Venezia Teatro (La Hostería de la Posta y La isla de los esclavos), una actualización de la primera parte de la Trilogía del veraneo (Le Smanie per la Villeggiatura), del dramaturgo Carlo Goldoni (La posadera) –con el objetivo de montar durante los próximos dos años la trilogía completa–, uno de los padres de la comedia italiana.

Los desvaríos del veraneo es la divertida historia de dos familias que luchan por ser las mejores en sus vacaciones de verano. La historia se centra en Livorno, donde Leonardo y su hermana preparan sus vacaciones: maletas, baúles, vestidores… Todo debe de estar listo cuanto antes para partir y disfrutar del verano. Paralelamente el señor Filippo y su hija Jacinta (enamorada de Leonardo) hacen lo mismo. Y deciden compartir todos juntos los caballos y carruajes. Pero una pelea entre los novios, un gorrón cotilla y entrometido que quiere apuntarse al viaje con gastos pagados y el retraso de la confección de un vestido a la moda que hará las envidias de todos en el veraneo, serán los ingredientes que pondrán en peligro la salida.

A partir de una puesta en escena de tono clásico y aire costumbrista, Los desvaríos del veraneo cuenta también con un vestuario de época muy conseguido. Los actores se van introduciendo uno a uno en la escena hasta crear un grupo, de espaldas al espectador. Al foro, un habitual ciclorama –cada vez con más posibilidades de uso y manejo en muchos espectáculos– condiciona las acciones de sus protagonistas. Y gracias a una escenografía sencilla y limpia de Sara Roma y teniendo como principal protagonista a la palabra nos sumergimos en una divertida historia -dirigida por José Gómez Frihas- sobre cómo las apariencias sociales modifican la conducta de los seres humanos con el fin de demostrar que tenemos más de lo que realmente somos.

Los desvaríos del veraneo es una propuesta muy propia en los tiempos que corren, pero que ha experimentado ciertas actualizaciones en su libreto que desnaturalizan un poco la idea matriz con que parte la comedia, o bien han sido aportaciones de los actores al conjunto a medida que creía la pieza. Es decir, la obra es muy polifórmica y facilita que, en ese encuentro con el diálogo, lo moderno y lo clásico converjan…, a pesar de que a veces eso no funcione bien del todo. Eso no quita que el numeroso elenco resulte bastante solvente, si bien funcionan mejor dos o tres actores cuando interactúan solos que cuando comparten más diálogo con el resto. O dicho de otro modo: se aprecia cierto desequilibrio en algunas escenas, ojo, bien resueltas en lo concerniente a la arquitectura dramática, pero algo enfollonadas cuando se producen las escenas de masas.

No obstante, en el montaje de Los desvaríos del veraneo –fresco, dinámico y desenfadado– se incorporan muy simpáticamente elementos musicales en directo que aligeran el peso de los diálogos que resultan tan espesos como intensos para las más de dos horas que dura el espectáculo, con un descanso tras la primera hora y media.

Se echa de menos, dado que tiene posibilidades, un texto más ligero –explicita demasiado el conflicto– y con más aportaciones a la escena que liberen la densidad de su contenido. Por lo demás, la obra divierte, entretiene y tiene muy buenos momentos que agradecerá el respetable.

Los desvaríos del veraneo

★★★☆☆

Teatro:

Teatro Infanta Isabel

Dirección:

Calle Barquillo, 24

Metro:

Banco de España

Hasta el 18 de septiembre