Los cafés-encuentro de la diócesis de Zaragoza crean lazos con la comunidad migrante
Este fin de semana tienen lugar en Madrid las jornadas de delegados de migración en las que se presentan buenas prácticas de algunas diócesis
«En este encuentro tendremos especialmente presente la última exhortación apostólica aprobada por la Plenaria sobre comunidades acogedoras. Un documento importante y un faro para todos los que trabajamos en este ámbito», explica en conversación con Alfa y Omega Eduardo Gálvez, delegado de migraciones de Zaragoza. Se refiere a las XLIII Jornadas de Delegados y Agentes de Pastoral con Personas Migradas organizadas por la Subcomisión Episcopal para las Migraciones y Movilidad Humana, que tienen lugar este fin de semana en Madrid.
Con el lema Construyendo comunidades acogedoras, integradoras y misioneras, pretenden ser un espacio de encuentro y diálogo para seguir avanzando en la acogida a migrantes en España. Las jornadas han comenzado este viernes y cuentan con con la presencia de Fernando García Cadiñanos, obispo de Mondoñedo-Ferrol y presidente de la Subcomisión para las Migraciones y Movilidad Humana, y Xabier Gómez, director del Departamento de Migraciones de la CEE. También intervendrán del equipo de Inclusión de Cáritas Española, así como de delegaciones de migraciones de ciudades como Getafe, Jaén, Barcelona o Alicante.
Eduardo Gálvez también participa en estas jornadas y será el responsable de presentar las iniciativas que están llevando a cabo desde la diócesis de Zaragoza en una mesa redonda de buenas prácticas prevista para el sábado.
«Por ejemplo, en la Mesa por la Hospitalidad», cuenta Gálvez, «acogemos en pisos a familias refugiadas, también cuyas solicitudes de protección internacional aún se encuentran pendientes de revisión». Estos pisos son, o bien propiedad del arzobispado, cedidos por congregaciones religiosas o del Ayuntamiento, gracias a un convenio, y están concebidos para ser una primera acogida. Además, el delegado explica que esta propuesta nació para dar respuesta a la situación de familias que llegaban sin suficiente apoyo.
Otro proyecto diocesano son los cafés-encuentro. Organizados por las parroquias con la ayuda de voluntarios, se trata de momentos de convivencia entre familias migrantes, muchas de ellas de la Mesa por la Hospitalidad, y vecinos del barrio. «El objetivo es que las familias se conozcan y hagan red», explica el delegado, enfatizando la importancia de una acogida y un acompañamiento a las familias migrantes recién llegadas que tienen ese tejido social. Aparte de esos encuentros distendidos, también hay cafés-encuentro con sesiones informativas sobre el sistema sanitario español o mecanismos para encontrar empleo. «Todo lo que sea integrar a las personas migrantes en el barrio es positivo», afirma Gálvez. «Necesitan sentir que alguien les sonríe y atiende sus necesidades. Queremos que nuestras comunidades parroquiales sean abiertas y acogedoras».
Estos cafés-encuentro surgen, en primer lugar, por la insistente llamada del Papa Francisco a acoger, integrar y promover a las personas migrantes en nuestras comunidades. Ante esto, «quisimos abrir las puertas de nuestras parroquias y materializar este acompañamiento en eventos concretos».
Eduardo echa la vista atrás y reconoce que, además de toda la actividad en las pastorales, «el trabajo a nivel nacional en el último año con migraciones ha sido tremendo». Desde la guía de recursos para migrantes que publicó este año la CEE hasta los corredores de hospitalidad para acoger en las diócesis a jóvenes ex tutelados que han salido de los centros de menores y se han quedado en la calle. «También se ha avanzado mucho abordando el papel que juegan los migrantes en el mundo rural o, por ejemplo, con la ILP de regularización de personas migrantes», afirma el delegado.