Libros 801 - Alfa y Omega

Libros 801

Miguel Ángel Velasco

Resulta apasionante leer esta biografía sobre de Chesterton sobre San Francisco de Asís, reeditada por Encuentro. Es imposible leer cualquiera de sus páginas sin tener que subrayar algo que merece la pena. En el prólogo, un ilustre franciscano español, el arzobispo de Oviedo Fray Jesús Sanz Montes, empieza por definir a Chesterton como «amable, leal e indómito buscador», dotado de «esa extraña tolerancia que llamamos humor, pasión por la belleza y una humilde veneración por las cosas grandes». Dice el arzobispo que san Francisco «caminó por el mundo como el Perdón de Dios», y que su pertenencia a la Iglesia católica le hacía depositario de un gran tesoro: la misericordia. Y habla de «una escritura luminosa, incisiva, capaz de entrometerse en los dobladillos de las medias verdades para delatar su fondo de oprobiosa y mugrienta mentira, capaz de desvelar la verdad oculta de las cosas, sepultada entre la chatarra de viejas herejías que nuestra época nos vende como ideas nuevas». Esto se propone Chesterton al describirnos esta página de santidad medieval. San Francisco representa un modo de acceder a las maravillas de Dios. No es reducible a los estereotipos ideológicos al uso que le visten de verde ecologista, de blanco pacifista, de pana proletaria, de azul vaquero postmoderno. Un enamorado de la Humanidad está muy cerca de ser justo lo contrario de un filántropo. Dice Chesterton que san Francisco aceptaba a los tontos con alegría y que, al igual que no quería a la Humanidad, sino a los hombres, tampoco amaba a la cristiandad, sino a Cristo. Lo más justo, sensato y sugestivo es invitarles, precisamente hoy, en que la Iglesia celebra su fiesta litúrgica, a tener este libro como uno de los imprescindibles de cabecera.

San Francisco de Asís
Autor:

G. K. Chesterton

Editorial:

Encuentro

Año de publicación:

2012

Páginas:

168

Precio:

17 €

Encuentro acaba de reeditar también Cautivado por la alegría, de C. S. Lewis. Es su cuarta edición, y el libro cuenta la conversión del autor desde el ateísmo al cristianismo. En repetidas ocasiones, Alfa y Omega se ha ocupado de Lewis y también de este libro, que, por ser, como dice el autor, «insoportablemente personal», es absolutamente apasionante. Este genial autor sabe crear un mundo y lo hace con la gracia poética y la fuerza narrativa de un gran escritor. Especial interés reviste el último capítulo, contagioso, en el que descubre a Dios como persona y relata gozosamente su encuentro con el que él llama mi Adversario. Concluye que, para él, lo sobrenatural siempre había sido como un cabaret prohibido y conmueve y emociona cuando, al final, constata su acercamiento continuo, inexorable, a Aquel con quien no deseaba encontrarse: «Por fin cedí, admití que Dios era Dios y, de rodillas, recé…; al fin, el hijo pródigo volvía a casa por su propio pie». Y aun en ese momento decisivo en su vida, «todavía no sabía nada de la Encarnación».

Cautivado por la alegría
Autor:

C. S. Lewis

Editorial:

Encuentro

Año de publicación:

2012