Las religiones piden «diálogo» a la clase política Argentina y evitar el «enfrentamiento estéril»

Las diferentes religiones presentes en Argentina han publicado un comunicado conjunto en el que instan a la clase política a la escucha y al diálogo «en un momento crucial para nuestro país», que el próximo 22 de octubre se enfrentará a unas elecciones presidenciales. Las tensiones, advierten, « pueden amenazar nuestra cohesión como sociedad».

En este contexto, «la agenda política debe comenzar por la escucha atenta de la realidad» y esta —señala el comunicado— ya se ha pronunciado en las recientes elecciones primarias, donde ganó Javier Milei: «Un resultado electoral es un mensaje profundo que nos convoca a la reflexión y nos compromete con el bien de nuestro pueblo».

¿Y cuál es el mensaje que ven las distintas confesiones en las elecciones primarias, conocidas como PASO? «Nos preocupa la falta alarmante de diálogo entre las diferentes corrientes políticas y de éstas con la sociedad», como la cita electoral ha puesto de manifiesto. «No hay país posible sin diálogo», aseveran, pero «tampoco hay diálogo con insultos, gritos y descalificaciones del que piensa distinto».

Ante este tipo de actitudes, las religiones claman por un diálogo que contribuya a la amistad social y que haga del encuentro una cultura. Asimismo, «hacemos un firme llamado a toda la dirigencia política para que asuman la responsabilidad de presentar propuestas concretas y sustantivas, abiertas a un debate profundo e inteligente y a una colaboración comprometida para afrontar los desafíos del presente, dejando de lado las estrategias que buscan el conflicto y el enfrentamiento estéril».

De cara a la elaboración de estas propuestas, las religiones recuerdan la existencia de una serie de «principios innegociables» que «sustentan nuestra sociedad y que no pueden ser soslayados», como son el cuidado de la vida, la preservación de la casa común o la opción preferencial por los más necesitados y desfavorecidos.

Del mismo modo, el comunicado pide a la clase política que «promueva la libertad en todas sus dimensiones» y, al mismo tiempo, «sea una herramienta responsable al servicio de la justicia social. No hay verdadera libertad sin fraternidad», concluye la nota en cuyo último párrafo habla del bien común.