Las personas con discapacidad también pueden emprender
La Fundación ONCE asesora online a personas con discapacidad para que emprendan un negocio propio. Como Julio Jaramillo, que ofrece protección sobre datos de salud
«Yo era un abogado especializado en incapacidad laboral y muchos de mis clientes acababan derivando hacia expedientes de discapacidad. Me di cuenta de que ahí había una posible idea de negocio y solicité la ayuda de la Fundación ONCE para emprender y dar comienzo a mi empresa», afirma Julián Jaramillo, fundador de Positiva Plus, una compañía de protección digital inclusiva que dio sus primeros pasos gracias a la iniciativa Por tu talento emprende, de la ONCE.
«Me ayudaron tanto en la inversión inicial como en el acompañamiento», dice Jaramillo, que hoy ofrece protección y seguridad sobre los datos relativos a la salud, particularmente orientada hacia el colectivo de personas con discapacidad. «Según la normativa, sus datos deben estar perfectamente protegidos, pero hay veces en que ellos mismos no lo saben y dan a todo el mundo detalles de su discapacidad», afirma.
Jaramillo es uno de los más de 5.000 emprendedores con discapacidad que ha recibido asesoramiento de la Fundación ONCE en los últimos años a través de Por tu talento emprende, un proyecto que acaba de estrenar una nueva modalidad de teleasesoramiento para salvar las restricciones ocasionadas por la pandemia. A través de una llamada –o de una videollamada con intérprete de lengua de signos para personas con sordera–, pueden contactar con diferentes expertos en materias de gestión empresarial, laboral, fiscal, marketing, ventas o financiación.
«Normalmente son personas con discapacidad física, pero también tenemos personas con discapacidad intelectual, autismo, y sordoceguera que quieren ser emprendedores, y lo consiguen», afirma Ana Belén Martínez, una de las responsables del proyecto. Son estas últimas, precisamente «las que lo tienen más difícil, y por eso les damos un apoyo con un seguimiento más específico. Para ellas es más difícil que los contraten en empresas, y de ahí que se lancen a emprender».
Es el caso de Agustín Martínez, un dibujante de Sevilla con una discapacidad relacionada con el autismo: «Yo tenía muy claro que quería montar algo por mi cuenta, y en la ONCE me han ayudado a afinar mi proyecto», afirma.
Ilustrador profesional, Martínez está a la espera de lanzar en febrero a través de una plataforma de crowdfunding un juego de mesa llamado Age of Yütt. «Se esmeraron conmigo como si el proyecto fuera suyo», afirma. «Me financiaron para poder arrancar, pero lo más importante es que han sido una guía constante». «Todos los meses durante un año han estado pendientes, apoyando en el diseño de marca o en cómo llegar a mi público objetivo, por ejemplo, tanto presencialmente como por videollamada, correo electrónico, WhatsApp… Siempre han estado ahí, muy cercanos, con el plus de que se lo tomaban como algo divertido, con lo que se puede disfrutar».
De la web al e-commerce
La pandemia no ha hecho sino acelerar la necesidad del teleasesoramiento y orientar los planes de negocio de los usuarios desde lo físico hacia lo digital. «El emprendimiento online es un reto para todo el mundo, y también para las personas con discapacidad», afirma Ana Belén Martínez. Normalmente estas personas tienen nociones «muy básicas», pero en la Fundación ONCE «tenemos programas de capacitación en este entorno: a los emprendedores les enseñamos a hacer su propias páginas web y a desarrollar su negocio a través del e-commerce, por ejemplo».
Al final, «se trata de adaptarte, como cualquier otra persona –dice la responsable del proyecto–. No tienen más dificultades por el hecho de tener una discapacidad, y demuestran cada día que la iniciativa de emprender también puede ser para ellos».
La ONCE se ha comprometido con el Gobierno a generar 25.000 empleos para personas con discapacidad en los próximos diez años. Este es el fruto del acuerdo entre ambas instituciones, que dará continuidad durante la próxima década a la colaboración que ya venían prestando en los últimos años.
El convenio también contempla la implementación de 100.000 sesiones de formación para que estas personas puedan acceder a un puesto de trabajo y mejorar su condición social.
El impulso del Gobierno redundará en un aumento del 67 % de plazas ocupacionales con respecto al acuerdo anterior de 2011, 5.000 de ellas en las áreas de ciencia, sostenibilidad y tecnología. Según el acuerdo, la ONCE se compromete, asimismo, a destinar el 60 % de lo que recaude por sus productos de lotería a programas de empleo y formación.