Las líderes católicas iberoamericanas abordan este jueves las teorías de género - Alfa y Omega

Las líderes católicas iberoamericanas abordan este jueves las teorías de género

La española Marta Rodríguez, consagrada de Regnum Christi, será la encargada de introducir el tema durante un encuentro online

Begoña Aragoneses
Un grupo de mujeres se manifiesta durante el Día Internacional de la Mujer de 2021. Foto: EFE.

La Red Internacional de Mujeres de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos organiza el primer Diálogo internacional entre mujeres católicas, que se celebrará online el próximo 27 de enero con el título Teorías de género e identidad católica. Las asistentes podrán conversar con Marta Rodríguez, española, consagrada de Regnum Christi y antigua responsable de la Sección Mujer de la Santa Sede.

Recordando aquello que el Papa Francisco explica en Amoris laetitia, que «el sexo biológico (sex) y el papel sociocultural del sexo (gender), se pueden distinguir pero no separar», Rodríguez afirma que «no es lo mismo perspectiva que ideología de género». «La categoría de género –abunda– es una categoría útil para el análisis cultural, porque permite distinguir las características y matices que cada cultura ha asociado al ser hombre y el ser mujer». Unos temas que en el contexto actual son «delicados», y por eso «buscaremos afrontar con rigor durante el diálogo». Así, se abordará la mirada de la Iglesia sobre el género, si es lo mismo teoría de género que ideología de género, o cómo se pueden acompañar pastoralmente las situaciones relacionadas con estos temas.

Marcela Mazzini es una de las integrantes de la red de mujeres. Argentina, casada y madre de dos hijos, es doctora en Teología y profesora de la UCA (Universidad Católica de Argentina). Participó como auditora en el Sínodo de la Familia de 2015, es integrante del departamento de Laicos de la Conferencia Episcopal Argentina y asesora en el obispado de San Isidro. La experta incide en las palabras de Marta Rodríguez al señalar que «sexo y género son realidades profundamente conectadas, pero no son exactamente lo mismo». La ideología de género, explica, distinguiendo estas dos realidades, las «separa, impidiendo la integración armónica de todos los aspectos de la persona humana». En este sentido, «la experiencia cristiana nos ayuda a cuidar y armonizar las diversas dimensiones de la persona».

La teóloga apunta que los estudios de género, no obstante, pueden ofrecer herramientas de análisis para ver cómo se han vivido en las diferentes culturas las diferencias sexuales entre varones y mujeres, y si sus interpretaciones establecen «relaciones de poder» y cómo lo hacen. En este punto recuerda la advertencia del Papa Francisco acerca de que «la historia lleva las huellas de culturas patriarcales» que no reconocen la igual dignidad de hombres y mujeres, por lo que es posible emprender caminos para un cambio. Un cambio que en la Iglesia, y aproximándose a la tercera de las cuestiones que se plantearán en el diálogo, pasa por «no temer a la palabra género» y por el «diálogo con la cultura» en el marco de un Occidente que «ya no es mayoritariamente cristiano». «Ello no significa –matiza– claudicar en nuestros valores, sino aceptar la propuesta de evangelizar en un mundo plural».

Para participar en el diálogo, que en España se desarrollará entre las 17:30 y las 19:30 horas, es necesario inscribirse pinchando aquí.

Hacia el nuevo feminismo

Los diálogos que se inician con Teorías de género e identidad católica son el fruto de unos trabajos que la red de mujeres lleva a cabo con la misión de promover, elaborar e implementar reflexiones y acciones concretas para un nuevo feminismo, siempre partiendo del magisterio social de la Iglesia. Esta agrupación está presidida por Alejandra Segura, consejera para América Latina y el Caribe de la Universidad de Notre Dame, en Estados Unidos. Fue la propia Segura quien creó esta red como un espacio en el que las mujeres de distintas realidades puedan dialogar sobre temas centrales para un nuevo feminismo, y sobre el rol de la mujer en la sociedad y también en la Iglesia.

Tal y como indica Mazzini, «entendemos por nuevo feminismo el hecho de promover un lugar de mayor incidencia de las mujeres en la Iglesia», una Iglesia entendida «tal como la soñó el Señor, como comunidad de iguales». Así, «como mujeres queremos ofrecer nuestros talentos, nuestra formación, al servicio de la Iglesia», en la que todos «podamos participar y enriquecer la comunión con nuestra diversidad y dones».

Un feminismo no «equivalente al machismo», sino como «equidad entre varones y mujeres, en sintonía con el pensamiento de Jesús» que el mismo Pablo refleja en su carta a los gálatas: «En Cristo no hay judío ni griego, esclavo ni hombre libre, varón ni mujer». Actualmente se puede hablar de un «nuevo protagonismo» de la mujer en la Iglesia, que los Papas están promoviendo fundamentalmente a partir del Concilio Vaticano II, defiende la teóloga. De hecho, recuerda unas palabras que se atribuyeron al Papa Pablo VI cuando vio el aula conciliar vacía de mujeres: «Aquí falta la mitad de la Iglesia». Desde Mulieris dignitatem, de san Juan Pablo II, hasta la profusa atención de Francisco, reflejada en Evangelii gaudium, Amoris laetitia, Christus vivit, Querida Amazonia o en sus catequesis, «todo nos está hablando de ese nuevo lugar que el Papa quiere proponer».

Y como ejemplo, los nombramientos que el Pontífice ha hecho de mujeres «en posiciones importantes» porque hoy, sostiene, «las mujeres reclaman su lugar en la comunidad eclesial, especialmente en los espacios donde se toman decisiones». Lo ve especialmente Mazzoni en las mujeres jóvenes, esas que son «líderes en empresas, asociaciones civiles y comunidades de todo tipo», y que «buscan ese mismo protagonismo en sus espacios de fe». Esto supone un «cambio cultural en la Iglesia que debe llegar a las bases».

La red de mujeres católicas nació en el seno de la Academia Latinoamericana de Líderes Católicos, que tiene entre sus objetivos ser un lugar de reflexiones compartidas entre católicos que manifiestan la exigencia y la necesidad de crecer en la fe, de profundizar en una mirada cristiana sobre la realidad y de testimoniarla con coherencia en el debate público.