Las joyas de la Virgen de las Nieves, patrona de La Palma, serán para los afectados por el volcán
En las últimas horas se han producido nuevos desalojos, entre ellos el de la casa rectoral de la parroquia de San Isidro, a cuyo templo ya no se puede acceder
Cuando la lava del volcán de Cumbre Vieja derrumbó la iglesia de Todoque, a Antonio Hernández Hernández, rector del Real Santuario de Nuestra Señora de las Nieves, el corazón le dio un vuelco. Aquellas imágenes lo dejaron muy tocado. Pero en medio del dolor pensó en la posibilidad de poner parte del tesoro de la Virgen de las Nieves, patrona de la isla, a disposición de los afectados, de aquellos que lo habían perdido todo.
Y tras consultar a los fieles –la mayoría dieron su aprobación–, así lo hizo. El conjunto de joyas incluye anillos, cadenas, pulseras o pendientes de oro que no están en uso público y que no se van a utilizar. Piezas con significado devocional y con valor económico, pero sin relevancia histórica o artística.
«No podemos ser ajenos al sufrimiento de los vecinos y menos desde este lugar, que ha sido tan importante en otras erupciones o durante la pandemia. Siempre ha sido un referente. Una madre siempre está cerca de sus hijos y es capaz de darlo todo», explica en conversación con Alfa y Omega. La cantidad recibida por estos bienes se sumarán al fondo de solidaridad que tiene abierto Cáritas Diocesana de Tenerife.
Con todo, Hernández señala que lo más importante no es la cuantía que se pueda ofrecer, sino «el gesto», que va en la línea «con lo que propone el Papa Francisco: una Iglesia de los pobres y para los pobres». Por lo pronto, algunos compañeros sacerdotes ya han mostrado su intención de colaborar con otras donaciones.
Desalojo de la casa rectoral de San Isidro
En su opinión, el dinero va a ser fundamental para encauzar la vida de las personas una vez el volcán deje de rugir, aunque constata que en estos momentos hay una dificultad para encontrar casas libres y disponibles para las personas que han tenido que ser desalojadas.
Las últimas han sido 800 familias en la zona de Los Llanos, donde ha tenido que cerrarse la parroquia de San Isidro, la única que permanecía operativa de las que atiende el sacerdote Alberto Hernández. El párroco también ha abandonado la casa rectoral.
«Estamos viviendo esta situación con una ansiedad muy profunda, porque es lo que percibimos en la gente. Confiamos en que el Señor y la intercesión de la Virgen nos van a ayudar en la reconstrucción. Hay que poner fuerza, entusiasmo, creatividad, compromiso… Y en esta tarea, el santuario de Nuestra Señora de las Nieves es un referente», insiste el rector.