Las grandes respuestas a la educación están «en la tradición católica»
En la presentación del libro La sostenibilidad de la escuela católica, su autor, Javier Cortés, ha reivindicado que «la fe ha sido la productora de la cultura»
«Hemos elaborado este espacio de encuentro porque busca ser algo más que una comunicación unilateral sino una comunicación entre los que estáis aquí y al otro lado de la pantalla», ha dicho José Beltrán al dar este miércoles la bienvenida en el espacio O_LUMEN de los dominicos a los asistentes a la presentación del libro La sostenibilidad de la escuela católica (PPC Editorial).
En una mesa redonda con su autor Javier Cortés Serrano, el obispo de Lugo Alfonso Carrasco y el consultor del Dicasterio para la Cultura y la Educación Juan Antonio Ojeda, José Beltrán se ha detenido en el título del libro para apuntar que «podemos pensar que, cuando se habla de sostenibilidad en la escuela católica, se habla solo desde la mirada de lo económico y nos enredamos solo en ver si los conciertos son suficientes o no». Pero analizar solamente estas cuestiones —junto a tantas otras meramente organizativas— «sería quizá errado porque la pregunta de la sostenibilidad va al fondo de la identidad, qué somos para saber después qué hacemos».
Beltrán, leyendo un fragmento del libro, ha diagnosticado que «la educación está huérfana de sentido en todos los ámbitos». Una afirmación que, a su juicio, «lejos de ser una mirada apocalíptica, es un desafío en positivo y una sana provocación».
Alfonso Carrasco, quien aparte de obispo de Lugo es presidente de la Comisión Episcopal para la Educación y Cultura de la Conferencia Episcopal, ha valorado que el libro acierta «al querer preguntarse por el presente y el futuro de nuestra escuela sistemáticamente». También considera que La sostenibilidad de la escuela católica ayuda a «dejar atrás cierto pesimismo y cansancio» y que, por el contrario, sostiene que «existe un camino, hay una vía para afrontar el futuro y tenemos que hacerlo».
El consultor del Dicasterio para la Educación Juan Antonio Ojeda, quien también es pedagogo y miembro de la Oficina Internacional de la Educación Católica, ha sostenido que «cada una de nuestras congregaciones parten de una fe, de una comunidad referencial que se compadece de una determinada realidad y que a partir de ahí da una respuesta». Citando al Papa, ha recordado que «en la escuela todo está conectado» y que hoy, se corre el riesgo de que «cada cosa esté fragmentada». También ha denunciado que «a veces por la mañana podemos estar formando en determinados valores y por la tarde, en actividades complementarias, propiciar otros». Como solución: «Tenemos que trabajar más a coro e intercongregacionalmente».
Por su parte, Javier Cortés, quien además de autor del libro fue presidente de PPC y Grupo SM, ha reivindicado que los católicos «tenemos más recursos que nadie para responder a los retos enormes que tiene la educación». «He encontrado vital y pedagógicamente la gran fuente de respuesta en la tradición católica», ha añadido. Y ha confesado su «perplejidad» ante las escuelas católicas que buscan certificaciones externas antes de profundizar en su propiaidentidad.
Cortés ha puesto un ejemplo divulgativo de cómo se está produciendo esta «disociación entre la fe y la cultura». A su juicio, sucede cuando la escuela se dice: «Vamos a trabajar la pastoral y el resto lo entregaremos a la didáctica, la psicología o los gurús que dicen tonterías sobre la educación». En oposición a esto, ha reivindicado que «la fe ha sido la productora de la cultura», por lo que, si no se recupera esa perspectiva, «se va en contra de la misión de la escuela católica tal y como está definida en el Magisterio de la Iglesia». Que, en materia educativa, «es espectacular desde el Concilio Vaticano II» y tiene como núcleo «la educación integral de la persona por medio de la trasmisión de la cultura». «Esta es la clave de la escuela», ha zanjado.