Las diferencias entre la prensa española y la extranjera: ideología contra verdad - Alfa y Omega

Las diferencias entre la prensa española y la extranjera: ideología contra verdad

Quien haya hojeado los periódicos españoles y extranjeros en esos días habrá podido constatar dos grandes diferencias de manejo, de fondo y de forma. La primera y más evidente ha sido una mayor objetividad, con la que los medios extranjeros se han acercado a la realidad del Viaje del Santo Padre a España

Jesús Colina. Roma

Benedicto XVI llama a Europa a reabrir la cantera de la fe es el título con el que el diario parisino La Croix resumía el impacto de la Visita de dos días, que ha realizado el Papa a España, ilustrada por la foto de un cautivante interior de la Sagrada Familia. Algunos medios dijeron que el Santo Padre hizo de esas dos ciudades las capitales de la Iglesia católica por unas horas. Lo cierto es que la presencia del Papa ha provocado un interés enorme por nuestro país entre los medios extranjeros, como lo demostraron los más de tres mil periodistas que cubrieron la peregrinación apostólica.

La diferencia entre los medios españoles y los internacionales, a la hora de manejar la información, se pudo ver al tratar las palabras sobre la laicidad que el Papa dirigió a los periodistas, en el avión que le llevaba de Roma a Santiago. Lo que en España muchos medios interpretaron erróneamente como una comparación simplista de la situación actual con la persecución religiosa que acabó con la vida de miles de sacerdotes y religiosas en tiempos de la República -algo que el Papa nunca dijo-, fuera de nuestras fronteras fue percibido como una descripción del proceso de secularización que vive el país y que promueven los mismos que criticaron las palabras deformadas del Pontífice. Para los medios extranjeros, en ningún momento el Papa agitó fantasmas del pasado.

Por ejemplo, el diario alemán Sueddeutsche Zeitung destacaba que el Papa registró «el avance del secularismo y la rápida disminución de la práctica religiosa» en Occidente, y aseguraba que en España se libra en estos momentos la batalla decisiva entre fe y razón.

El diario New York Times, que en los últimos meses ha sido uno de los periódicos más duros contra Benedicto XVI, en su edición digital, recogía cómo el Papa «criticó el sentimiento agresivo anti-Iglesia, que según dijo está floreciendo en España», y cómo con su presencia en el país «ha tratado de avivar la fe de esta nación católica que ahora se encuentra entre las más liberales de Europa». Más que identificar la situación actual del país con la de los años treinta, el periódico neoyorquino considera que el Papa ve en la actual realidad española una reminiscencia de elementos de ese pasado. Diferencias importantes que eran mucho más difíciles de hacer para los periódicos en España, que como es normal han vivido la historia en su propia carne.

Por ejemplo, la agencia EFE, sobre la que se basarían después los comentarios de editorialistas y políticos españoles, titulaba: «El papa alerta de un anticlericalismo que equipara al de la II República». Como se puede ver, el Papa no equiparó la realidad actual a la de los años treinta; simplemente estableció conexiones históricas. Lo que en el extranjero se vio como una relación histórica obvia, en España se convirtió en terreno de batalla ideológico.

Una diferencia de forma

Cuando se analiza después la cobertura que los medios hicieron sobre el mensaje del Papa a favor de la familia y la vida, se puede notar una gran diferencia. Al leer las páginas de los diarios españoles, se podía constatar un verbo común: «El Papa carga contra los homosexuales»; o «El Papa carga contra el aborto». Otros diarios españoles prefirieron utilizar otro verbo: «El Papa arremete…».

Los tonos con los que el Papa presentó la propuesta cristiana fueron ciertamente claros, pero no negativos, como periódicos internacionales supieron registrar. Esta diferencia de tonos quedó muchísimo más clara entre los periódicos internacionales. Le Monde destacaba cómo el Pontífice pidió a los Gobiernos «que se defienda la vida de los hijos como sagrada e inviolable desde el momento de su concepción»; y que «la natalidad sea dignificada, valorada y apoyada jurídica, social y legislativamente». Joseph Ratzinger también ha solicitado «medidas económicas y sociales para que la mujer encuentre en el hogar y en el trabajo su plena realización; para que el hombre y la mujer que contraen matrimonio y forman una familia sean decididamente apoyados por el Estado».

También Il Corriere della Sera utilizaba términos positivos cuando destacaba, la defensa papal de la familia como célula fundamental de la sociedad actual, y subrayaba que «Dios se hizo Hijo en una familia y nos llama a vivir en familia». En Italia, La Stampa también se centraba en la defensa que ha hecho Benedicto XVI sobre la familia. El diario afirmaba que el Papa Benedicto XVI «se opone a todas las formas de negación de la vida humana y apoya cuanto promueva el orden natural en el ámbito de la institución familiar», según él mismo dijo, en la Misa de dedicación del templo de la Sagrada Familia.

Es curioso que la prensa extranjera haya ofrecido una lectura más distanciada y objetiva de las palabras del Santo Padre, y al mismo tiempo es bueno que de ello quede constancia.