Las cuatro características de la oración de Jesús, según el Papa - Alfa y Omega

Las cuatro características de la oración de Jesús, según el Papa

La audiencia general vuelve a la Biblioteca del Palacio Apostólico como medida de prevención ante la COVID-19

Fran Otero
Foto: Vatican Media

El Papa Francisco continúa con sus catequesis dedicadas a la oración. Este miércoles la ha centrado en Jesús como maestro de oración y ha ofrecido algunas de las características que marcan el diálogo de Jesús con Dios y que invitó a los fieles a poner en práctica.

«Durante su vida pública, Jesús recurre a la fuerza de la oración. […] En los momentos de mayor dedicación a los pobres y a los enfermos no descuidaba su diálogo íntimo con el Padre. Cuando más inmerso estaba en las necesidades de la gente, más lo necesitaba», ha afirmado.

Observando a Jesús, continúa el Papa, se pueden extraer algunas características de su oración, cuatro en concreto, que pueden servir para ayudarnos.

En primer lugar, el Pontífice ha explicado que la oración es un medio para ofrecer a Dios toda la jornada, «el primer deseo del día». «Un día vivido sin oración corre el riesgo de transformarse en una experiencia molesta y aburrida», ha añadido. Además, como es escucha y encuentro con Dios, «los problemas de todos los días no se convierten en obstáculos, sino en llamamientos de Dios mismo a escuchar y a encontrarse con el que tenemos enfrente». «La oración tiene el poder de transformar en bien lo que en otra vida sería una condena. La oración abre un horizonte a la mente y agrande el corazón», ha concluido.

En segundo lugar, la oración «es un arte para practicar con insistencia y perseverancia». «Todos somos capaces de oraciones episódicas, pero Jesús nos educa en otro tipo de oración, la que conoce una disciplina, un ejercicio y se asume dentro de una regla de vida. La oración perseverante provoca una transformación de la vida», ha subrayado.

La tercera característica que plantea es la soledad. Para el Papa, «quien reza no se evade del mundo, sino que prefiere los lugares desiertos». Y ha continuado: «En el silencio pueden emerger muchas voces y habla Dios. Todas las personas necesitan un espacio para sí mismas donde cultivar la propia vida interior, donde las acciones encuentran un sentido. Sin vida interior nos convertimos en superficiales, inquietos, ansiosos… huimos de la realidad y de nosotros mismos».

Finalmente, Francisco ha explicado que la oración de Jesús ayuda a descubrir que «todo viene de Dios» y «nos enseña a relacionarnos con él y con todo lo creado».

«Redescubramos en el Evangelio a Jesucristo como maestro de oración y sigamos su ejemplo. Encontraremos la alegría y la paz», ha concluido.

Cumplir con las recomendaciones por la COVID-19

La audiencia general estuvo marcada por la vuelta a la Biblioteca del Palacio Apostólico como medida de prevención ante la COVID-19 y después de que se confirmase un positivo en la del 21 de octubre.

«Esto nos enseña que tenemos que estar muy atentos a lo que las autoridades nos piden para defendernos de esta pandemia. Ofrezcamos al Señor esta distancia por el bien de todos y pensemos en los enfermos», ha señalado.