Las bombas de racimo causaron 890 víctimas en Ucrania en 2022

Las bombas de racimo causaron 890 víctimas en Ucrania en 2022

El año pasado ha sido el año que la munición de racimo ha dejado más muertos y heridos —1.172— al menos desde 2010. Las víctimas son mayoritariamente civiles y niños

Redacción
Munición de racimo en Ucrania
Un cartel advierte de la presencia de munición de racimo en Lyman (Ucrania). Foto: UNICEF / Aleksey Filippov.

1.172 personas fueron víctimas de las bombas de racimo en 2022, la cifra más alta desde que se empezó a recoger este dato en 2010. Son datos recogidos en el informe anual que hizo público el pasado martes el grupo de la sociedad civil Cluster Munition Monitor, dedicado a este tipo de armamento.

La directora de defensa de la División de Armas de Human Rights Watch, Mary Wareham, aseguró que el 95 % de las víctimas eran civiles. Las bombas de racimo son armas diseñadas para esparcirse en grandes áreas. Contienen varios cientos de minibombas llamadas submuniciones. Al no distinguir entre civiles, bienes civiles y objetivos militares, las bombas de racimo violan las normas del derecho internacional humanitario.

Por otro lado, entre los casos en los que consta la edad de las víctimas, el 71 % eran niños. Los más chicos suelen sentirse atraídos por el armamento, que a menudo cae «en zonas donde los niños juegan o trabajan sacando animales al campo», señaló Loren Persi, editora del informe. Por eso también es importante la concienciación.

Décadas después de lanzarse

Según el informe, elaborado de forma conjunta con Naciones Unidas, 987 personas murieron o resultaron heridas directamente en ataques con municiones en racimo en 2022. Esta cifra contrasta con la del año anterior, en el que no se atribuyó ninguna víctima a ataques con municiones en racimo en ningún lugar del mundo.

Las otras 185 víctimas murieron o resultaron heridas por restos de estas municiones. Hay datos de que hasta el 40 % de las municiones en racimo no explotan con el impacto, por lo que lo que pueden seguir estallando y causando víctimas de forma aleatoria durante décadas, ya después de que la población desplazada vuelva a sus hogares.

Por primera vez en Myanmar

El importante aumento de daños personales por este tipo de bombas se debe a su uso en Ucrania, tanto por parte de Rusia como —en menor medida— de las propias Fuerzas Armadas ucranianas. El problema solo puede aumentar con la decisión de Estados Unidos de enviar a este país más munición de este tipo.

Se descubrió además que las fuerzas gubernamentales de Siria y Myanmar habían utilizado municiones en racimo en 2022. Es el primer año en que se ha informado de su uso en Myanmar.

«Es inconcebible que los civiles sigan muriendo y sigan resultando heridos por las municiones en racimo 15 años después de que se prohibieran», afirmó Wareham. La Convención sobre Municiones de Racimo se aprobó en mayo de 2008 y entró en vigor el 1 de agosto de 2010. Prohíbe a los países que la han ratificado usar, almacenar, producir o transferir este tipo de armas.

Munición de EE. UU. en Ucrania

Sin embargo, ni los países acusados de haberlas usado en 2022 ni Estados Unidos están entre estas 112 naciones. Wareham subrayó la importancia que ha tenido en 2023 el esfuerzo de la sociedad civil para evitar que Estados Unidos enviara esta munición a Ucrania. «Combatimos esta decisión entre bastidores durante el año que la precedió», aseguró. Desgraciadamente, «las municiones en racimo ya se han transferido», aseguró consternada. Y sentenció finalmente que «no puede haber un uso responsable de las mismas».

En una entrevista con medios vaticanos después de la visita a Estados Unidos del cardenal Zuppi, el presidente de los obispos estadounidenses, Timothy Broglio, denunció el uso de bombas de racimo. «Nos alineamos con la posición que ha adoptado la Santa Sede sobre ese tipo de arma. Son armas de acción indiscriminada. Por lo tanto, en la guerra siempre existe el peligro de que inocentes resulten heridos o incluso pierdan la vida en acciones militares y, desde luego, siempre hay que evitarlo».

Avances

A pesar de todo, también se están produciendo algunos avances en lo relativo a las bombas de racimo. Por ejemplo, Sudán del Sur y Nigeria se han adherido a la Convención sobre Municiones de Racimo en agosto y febrero de 2023, respectivamente. Asimismo, a finales de junio Bulgaria destruyó las últimas municiones que almacenaba. Entre este país, Perú y Eslovaquia se destruyeron al menos 4.166 municiones de racimo y 134.598 submuniciones durante 2022 y la primera mitad de 2023.

«Es un éxito para la Convención ver destruidas casi 1,5 millones de municiones en racimo de los arsenales de los países que se han adherido a la convención», informó Wareham.