Las asociaciones provida tachan de «surrealista» que se envíe a Jaén ginecólogos para practicar abortos

La Junta de Andalucía enviará «ginecólogos voluntarios» a practicar abortos por los distintos hospitales públicos de Jaén, la única provincia andaluza de la que hasta el momento las mujeres tienen que salir fuera para abortar. Así lo anunció el pasado lunes Catalina García, consejera de Salud y Consumo de la Junta, en una entrevista a Europa Press.

García reveló que el Hospital Universitario de Jaén está organizando ya un equipo de sanitarios «que quieran hacer la interrupción voluntaria del embarazo desplazándose por la provincia». Estará constituido «antes de que acabe el año».

Para Eva Martín, presidenta de la Asociación Nacional para la Defensa del Derecho a la Objeción de Conciencia (ANDOC), esta iniciativa es «extraña y surrealista», porque «si trabajan en la Seguridad Social deberían obtener su puesto por oposición, o al menos trabajar de manera interina». La acción de la Junta responde entonces al hecho de que «no encuentran médicos que quieran practicar abortos».

Según la presidenta de ANDOC, la vocación de los profesionales sanitarios «es salvar vidas y ayudar a curar y paliar el dolor. A eso nos dedicamos. Ayudar a abortar es matar un ser humano y eso va en contra de nuestra profesión».

Martín asegura que «lo normal es que los médicos no quieran hacer abortos. Y, a pesar de las presiones a las que se ven sometidos, hay muchos que no creen necesario declararse objetores de conciencia porque consideran que negarse a abortar es algo implícito a su profesión». Los que lo hacen son médicos «que no respetan la vida ni los acuerdos de toda la comunidad científica sobre el origen del ser humano».

Desde RedMadre Jaén Ana María Charte, su vicepresidenta, asegura estar «perpleja» ante la decisión de la Junta. «¿Esto es lo máximo que puede hacer la Consejería de Salud por las mujeres embarazadas? Las están orientando solo a ese camino. ¡Con lo que cuesta un aborto y los pocos niños que tenemos! Solamente se les da esa salida desde la Administración, y al final las mujeres la ven como un método anticonceptivo más. Ninguna mujer quiere abortar salvo que esté en una situación límite», añade.