Ladislav Nemet: «El proceso de sanación de la memoria es algo casi desconocido» - Alfa y Omega

Ladislav Nemet: «El proceso de sanación de la memoria es algo casi desconocido»

En la antigua Yugoslavia, «éramos el segundo grupo religioso, con una representación de casi el 45 %». Ahora, de los 6,5 millones de serbios, los católicos «solo sumamos 300.000»

Victoria Isabel Cardiel C.
Ladislav Nemet
Foto: Diócesis de Belgrado.

El arzobispo de Belgrado, Ladislav Nemet, es la voz católica de los Balcanes. Se enteró de que el Papa lo iba a crear cardenal por «la llamada de un amigo», aunque no se lo creyó del todo hasta que lo vio en la página web del Vaticano. Su nombramiento será una «fuerte señal» para la joven Iglesia de Serbia. Aunque también interpreta su nueva posición en el colegio cardenalicio como «un signo providencial para los serbios, que aumentarán la confianza en sí mismos».

Los primeros en felicitarle fueron el presidente del país, Aleksandar Vučić; y el primer ministro, Miloš Vučević. Serbia es, ante todo, un país de nueva creación. Nació como Estado independiente en 2006 tras disolverse su unión con Montenegro, última fase de la desintegración de la antigua Yugoslavia. Esto también imprimió un nuevo carácter a la comunidad eclesial. En la antigua Yugoslavia, «éramos el segundo grupo religioso, con una representación de casi el 45 %». Ahora, de los 6,5 millones de serbios, los católicos «solo sumamos 300.000». Más del 80 % de los serbios son ortodoxos. Por eso, las actividades ecuménicas, que Nemet define como «esfuerzos para lograr la unidad de los cristianos», son muy importantes. «La convivencia no solo es buena, sino que nos consideramos como una gran familia cristiana de ortodoxos, protestantes y católicos», remacha. En Serbia también hay tres grupos musulmanes con los que «mantenemos muy buena relación».

Nemet nació en 1956 en el seno de una familia de origen húngaro antes de que asomasen los sentimientos nacionalistas que derivaron en una terrible guerra que descompuso Yugoslavia. Fue ordenado sacerdote con 27 años. El futuro cardenal denuncia que la región de los Balcanes no ha tenido «un acercamiento sano a nuestro pasado». «El proceso de sanación de la memoria, que pide el Papa, es algo casi desconocido aquí». El gran reto es hacerlo «respetando los equilibrios actuales». Tras estudiar Teología en la Pontificia Universidad Gregoriana de Roma, fue misionero en Filipinas. Después fue profesor en Polonia, Croacia y Austria. Estas experiencias internacionales fueron cruciales para poder ser colaborador en la misión permanente de la Santa Sede ante la ONU en Viena. Desde 2016, Nemet es presidente de la Conferencia Episcopal Internacional de los Santos Cirilo y Metodio, que engloba a los obispos católicos de Kosovo, Macedonia del Norte, Montenegro y Serbia.

La Iglesia en su país no es ajena a los problemas de la gente. La pobreza, la corrupción y el crimen organizado son algunos de los factores que provocan que muchos serbios acaben por emigrar y dejar sus hogares. «Somos un país en vías de desarrollo y muchos lo abandonan por la falta de oportunidades, en busca de una vida más segura». Esto representa todo un reto para la Iglesia, que trata de reforzar la esperanza de los que se quedan.

Antes solía emigrar el cabeza de familia, que en su país de destino «ganaba dinero y lo enviaba». Pero ahora «se van todos». Un éxodo progresivo que deja en la nación «cierta sensación de impotencia y depresión». «Parece que solo nos quedamos los más viejos y los más débiles», lamenta el arzobispo de Belgrado. Nemet es también vicepresidente del Consejo de Conferencias Episcopales Europeas (CCEE). Un rol complejo en el contexto de una «región cada vez más secularizada que necesita ser evangelizada de nuevo».

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