La Virgen que siempre está - Alfa y Omega

La Virgen que siempre está

Desde hace dos años, la parroquia San Alberto Magno es sede permanente de la Virgen peregrina de Fátima que el Papa Pablo VI regaló a España

Begoña Aragoneses
Cientos de personas acuden a las procesiones de la Virgen peregrina desde la parroquia San Alberto Magno. Foto: Álvaro García @algafu.

En 1967, cuando se cumplían los 50 años de las apariciones de Fátima, el Papa Pablo VI bendijo 13 reproducciones de la Virgen para que peregrinaran por todo el mundo. Regaló una de ellas a España, que quedó a cargo de la Conferencia Episcopal Española (CEE) y que, desde 2021, tiene su casa en la parroquia San Alberto Magno de Madrid. Nacida a mediados del siglo al compás del crecimiento poblacional de las periferias madrileñas, la parroquia fue una de las más de 300 que creó el arzobispo Casimiro Morcillo. Fue él quien convirtió, en 1964, el antiguo barracón plantado en medio de las chabolas del Cerro del Tío Pío en iglesia parroquial. Y fue su primer párroco, José Luis Saura —la atención pastoral se encargó al Opus Dei—, quien propició la cooperativa Nuestra Señora del Cerro para levantar 1.180 viviendas destinadas a sacar a las familias del chabolismo.

En el barrio siempre se respiró el amor a la Virgen de Fátima. Por eso, desde San Alberto Magno pedían cada año, en mayo, que les visitara la peregrina. José María Herranz, uno de los feligreses, recuerda que ya hace 35 años se organizaba la procesión de las antorchas. Ahora, con la Virgen residiendo de forma permanente en la parroquia tras solicitarlo a la CEE, sigue desde allí peregrinando por España. Sus últimos viajes han sido a las catedrales de Santiago de Compostela, Jaén, Granada… Ya de vuelta a casa la ha podido venerar José Cobo, que presidió el pasado domingo la Eucaristía de 12:00 horas en una de sus primeras visitas como arzobispo de Madrid. Un encuentro que los feligreses vivieron con sorpresa, ilusión y agradecimiento. El párroco, Juan Casas, comenta que «para nosotros es una ocasión de rejuvenecer nuestra fe y nuestro sentido apostólico: hacernos más conscientes de que tenemos que vivir nuestra fe y transmitirla con más hondura».

Vacaciones en las carmelitas

En agosto, la Virgen descansa en las carmelitas del Cerro de los Ángeles. Lo hace desde siempre, tanto que la madre Maravillas rezó ante ella —como también lo han hecho san Juan Pablo II y sor Lucía—. Una vez, contemplándola, la santa carmelita le dijo: «No me extraña que el demonio te quiera destruir, porque eres preciosa». Esa noche, la estancia en la que estaba ardió por completo, pero Ella permaneció intacta. Tan solo un ligero ennegrecimiento en la cara delataba lo ocurrido. Un rostro que las carmelitas mimaron en su restauración y, por eso, cuenta Herranz, «esta es distinta, tiene la cara más bonita».

Quienes quieran recibir a la Virgen peregrina de Fátima lo pueden hacer escribiendo a sanalberto@archimadrid.es. Con una altura de cerca de 1,20 metros, la talla —que cuenta con andas nuevas— viaja con las máximas medidas de seguridad: la Virgen va cómoda y sin riesgos. Y aunque no esté en casa, «siempre está presente», subraya Casas. Por eso, en su lampadario nunca faltan velas encendidas.