La última carta de Albino Luciani antes de convertirse en Juan Pablo I - Alfa y Omega

La última carta de Albino Luciani antes de convertirse en Juan Pablo I

Pocas horas antes de su beatificación, sale a la luz un documento inédito en el que el Patriarca de Venecia escribe que «no hay peligro» de que sea elegido Papa

Ángeles Conde Mir
Foto: Vatican Media.

Antes de que comenzara el cónclave de 1978 del que Albino Luciani salió convertido en Juan Pablo I, el Patriarca de Venecia escribió una carta al entonces obispo de Verona, Giuseppe Carraro. En esa misiva, Luciani se confesaba tranquilo: «Afortunadamente estoy fuera de peligro por completo». Se refería a que no figuraba en la lista de los «papables».

Una copia de esa carta acaba de ver la luz pocas horas antes de la beatificación del «Papa de la sonrisa». La ha custodiado durante décadas el padre Guido Todeschini, conocido en Italia por ser el fundador del canal de televisión Telepace. «Es una reliquia. Creo que este es uno de los últimos escritos del cardenal Luciani», ha explicado el sacerdote en un programa de la televisión italiana. En él mostró el documento que le regaló el mismo Giuseppe Carro antes de morir. El original se desconoce dónde pueda estar o si todavía siga existiendo.

Detalle de la carta en el que se puede apreciar el membrete del Patriarca de Venecia.

La carta está fechada el 24 de agosto de 1978. El cónclave comenzó al día siguiente. En la parte superior del folio puede verse el membrete de las hojas del Patriarca de Venecia. Tan convencido estaba Albino Luciani de que no sería elegido Papa que incluso en la carta emplaza al obispo de Verona a un futuro encuentro con un «iré a verle lo antes posible» y le recuerda además que «por desgracia, no podré contarle nada sobre el cónclave y el precónclave. He de mantener el secreto».

Por eso, en la parte inicial de la carta asegura que reza «por la Iglesia y por quien elegirán los cardenales para suceder al difunto Pablo VI». Escribe el cardenal Luciani que cree que el nuevo Papa «tendrá una tarea aún más difícil» que la del Papa Montini. Lo que ignora es que dos días después él será ese nuevo sucesor de Pedro.