La ternura de Dios... y la del Papa

Uno de los temas preferidos del Papa Francisco es el de la ternura de Dios, que nos anima a querer a los demás como Jesús nos quiere a nosotros. Sin embargo, el Papa no sólo habla de eso, sino que él mismo lo pone en práctica: hace unos días, se reunió con 7.000 miembros de una asociación italiana que se dedica a transportar enfermos a distintos santuarios marianos del mundo, sobre todo, al de Lourdes. Entre esas 7.000 personas había muchísimos enfermos y niños, a quienes les recordó que «vuestra oración, el ofrecimiento cotidiana de vuestros sufrimientos en unión con los de Jesús crucificado por la salvación del mundo; vuestra aceptación paciente y gozosa de las condiciones que vivís, son una riqueza espiritual, un patrimonio para cada comunidad cristiana. ¡No os avergoncéis de ser un tesoro precioso de la Iglesia!» Después del mensaje, el Papa saludó a un grupo de niños que le habían hecho un gran dibujo, y fue bendiciendo ¡uno por uno y durante más de una hora! a cientos de enfermos que se habían reunido allí para escucharle. Porque el Papa imita la ternura de Dios, con su propia ternura.