La serie Hagan lío, de Cotelo, desvela el secreto del Proyecto de Amor Conyugal

La Fundación Infinito+1 ha lanzado este domingo el segundo capítulo de Hagan lío, una serie en la que el director de cine Juan Manuel Cotelo y la peregrina a Jerusalén Carlota Valenzuela ahondan en la vida y el testimonio de diferentes personas que, inspiradas por la fe, se han lanzado al desarrollo de proyectos que impactan en la vida de miles de personas.

En este segundo capítulo, Cotelo y Valenzuela han entrevistado a José Luis y Magüi, iniciadores del Proyecto de Amor Conyugal, más conocido como PAC. El matrimonio sufrió «una crisis profunda», pero «en Fátima descubrieron una misión para la que no parecían los más idóneos: fortalecer la unión de otros matrimonios», señalan desde Infinito+1.

Desde entonces, más de 20.000 personas han pasado por el proyecto, que se articula a través de un retiro espiritual matrimonial y unas charlas formativos. Se trata de «una invitación a vivir la grandeza y la belleza del matrimonio tal y como Dios lo ha pensado».

El vídeo, que se puede ver de forma gratuita a través de YouTube, lleva colgado apenas 22 horas y ya ha sido visualizado por cerca de 30.000 personas. Un éxito parecido tuvo el primer capítulo de la serie, que hasta el momento ha cosechado 82.000 reproducciones. En esa ocasión, Cotelo y Valenzuela viajaron a Guatemala para conocer el proyecto Futuro Vivo, que ofrece educación, nutrición y espiritualidad a niños de un barrio periférico repleto de pobreza, droga y delincuencia.

En futuros capítulos, Hagan lío también mostrará a los voluntarios de Mary’s Meal, que alimentan a 2,5 millones de niños al día en todo el mundo, o un grupo de personas que rescatan a enfermos y ancianos abandonados en la calle. El objetivo es «que conozcamos la cantidad espectacular de cosas buenas» que hace la Iglesia, declaró recientemente Juan Manuel Cotelo a este periódico. Junto a ello, también desearía que el espectador saliera de la serie con ganas de colaborar en los proyectos que aparecen. «Y, sobre todo, que alguno salga diciendo: “Pues yo también me voy a meter en un lío”», concluye Cotelo.