La Santa Sede se adhiere a la convención del clima y al Acuerdo de París - Alfa y Omega

La Santa Sede se adhiere a la convención del clima y al Acuerdo de París

El objetivo es dar apoyo moral a los esfuerzos de los estados para responder a los desafíos del cambio climático

Redacción
Manifestación en Madrid para denunciar las consecuencias del cambio climático. Foto: Europa Press / Jesús Hellín.

Gabriele Giordano Caccia, observador permanente de la Santa Sede ante la ONU, entregó la semana pasada al secretario general de las Naciones Unidas el documento por el que la Santa Sede, en nombre y representación de la Ciudad del Vaticano, se adhiere a la Convención Marco de la ONU sobre el Cambio Climático, informa Vatican News.

Así lo anunció en un comunicado de la Oficina de Prensa vaticana, precisando que tan pronto como sea posible, de acuerdo con los requisitos legales del Acuerdo de París, la Santa Sede tiene también la intención de entregar el documento de adhesión a este último.

El objetivo de estas ratificaciones «es contribuir por parte de la Santa Sede y dar su apoyo moral a los esfuerzos de todos los estados para cooperar, de acuerdo con sus responsabilidades comunes pero diferenciadas y sus respectivas capacidades, en una respuesta eficaz y adecuada a los desafíos que el cambio climático plantea a nuestra humanidad y a nuestra casa común».

Recogiendo las palabras del Papa Francisco en su videomensaje para la cumbre sobre los retos climáticos del 12 de diciembre de 2020, el comunicado recuerda que el cambio climático no solo afecta al medio ambiente, sino que tiene repercusiones éticas, socioeconómicas y políticas que exigen la responsabilidad de promover una «cultura del cuidado» que se dirija en particular a los más frágiles.

De este modo, la Santa Sede renueva la invitación de Francisco en Laudato si’ a compartir este compromiso abriéndose al diálogo «sobre cómo estamos construyendo el futuro del planeta». Y espera que la convención y el Acuerdo de París puedan contribuir a promover «una fuerte convergencia de todos» en el deseo de iniciar un cambio de rumbo desde la «cultura del descarte» hacia la realización de «un modelo de desarrollo más integral e integrador, basado en la solidaridad y la responsabilidad».