La Santa Sede protesta por la expulsión de su nuncio de Nicaragua - Alfa y Omega

La Santa Sede protesta por la expulsión de su nuncio de Nicaragua

El comunicado vaticano tilda de «grave e injustificada decisión unilateral» la medida de la dictadura de Ortega

Redacción
El nuncio apostólico Stanislaw Waldemar Sommertag, habla con los medios, en la catedral de Managua, Nicaragua, el 21 de junio de 2018. Foto: Efe / Jorge Torres.

El arzobispo Waldemar Sommertag, embajador desde 2018 en Nicaragua, tuvo que abandonar repentinamente el país hace unos días después de que la dictadura de Daniel Ortega le retirase su aprobación diplomática, lo que se conoce como «agrément». De esta forma, el Papa no contará con representante en el país que cada vez está más aislado del mundo por voluntad de Ortega.

La nota de protesta de la Santa Sede indica que «se ha recibido con sorpresa y dolor la comunicación de que el Gobierno de Nicaragua ha decidido retirar el beneplácito a S. E. monseñor Waldemar Stanislaw Sommertag imponiéndole que dejara inmediatamente el país después de notificarle esa medida».

«Tal disposición resulta incomprensible ya que, durante su misión, S. E. monseñor Sommertag ha trabajado incansablemente por el bien de la Iglesia y del pueblo nicaragüense, especialmente por los más vulnerables, buscando siempre favorecer las buenas relaciones entre la Sede Apostólica y las Autoridades de Nicaragua. Merece particular mención su participación como testigo y acompañante de la Mesa de Diálogo Nacional entre el Gobierno y la Oposición política, en vista de la reconciliación nacional y de la liberación de los presos políticos. Convencida de que esta grave e injustificada decisión unilateral no refleja los sentimientos del pueblo de Nicaragua, profundamente cristiano, la Santa Sede desea reafirmar su plena confianza en el Representante Pontificio», concluye la nota.

El arzobispo Sommertag había criticado la deriva antidemocrática del país centroamericano de la mano del tándem Ortega-Murillo. En noviembre, Ortega despojó al nuncio de su título y papel como decano del cuerpo diplomático, en una medida que el resto de los diplomáticos consideraron una represalia por las declaraciones de los obispos criticando la falta de garantías democráticas en los comicios. En dichas elecciones resultó reelecto Daniel Ortega con un 75 % de los votos de acuerdo con el recuento del propio gobierno nicaragüense. La comunidad internacional tildó de fraude dicho resultado electoral.