La santa mallorquina que «escrutaba los corazones sin conocerlos» - Alfa y Omega

La santa mallorquina que «escrutaba los corazones sin conocerlos»

Se cumplen 450 años de la muerte de Santa Catalina Tomàs, la única santa mallorquina. Una comitiva liderada por el obispo de Mallorca y el presidente del Consell ha sido recibida en audiencia por el Pontífice

Ester Medina
Representantes de la delegación mallorquina en Roma
Representantes de la delegación mallorquina en Roma. Foto: Consell de Mallorca.

El Papa Francisco ha acogido este martes a una delegación procedente de Mallorca para conmemorar el 450 aniversario de la muerte de santa Catalina Tomàs, la única monja mallorquina santificada. Tras la visita, el obispo de Mallorca, Sebastià Taltavull, ha señalado que «ha sido un encuentro muy interesante», con el que además se da el pistoletazo de salida a un año especial dedicado a la santa y en el que hay planificados diversidad de eventos para promover su figura. En los actos organizados, ya sean esta semana en Roma como el resto del año en Mallorca, se quiere «dar fuerza a la figura de la santa» y reivindicar el papel que tuvo a lo largo de los siglos, según explican desde el Consell.

«Santa Catalina escrutaba los corazones sin apenas conocerlos. Estaba adornada con carismas del cielo», dice la priora de las Canonesas Regulares Lateranenses de San Agustín, sor María del Pilar Fernández. «Todo el mundo venía a pedirle consejo, tanto el campesino más humilde como el virrey. Dios le concedió el don del consejo», señala en conversación con Alfa y Omega. Durante el encuentro, también ha estado presente una representación de la congregación y le han regalado al Papa una reliquia de santa Catalina Tomàs en la que distintos retales de su hábito se han engarzado con hilo de oro en un cuadro. «Lo ha recibido con mucho cariño y nos ha dicho que lo va a colgar en su habitación», dice conmovida la priora.

Huérfana de padre y madre desde temprana edad, la santa se educó en casa de sus tíos. A pesar de su insistencia porque contrajera matrimonio, ella sintió una llamada vocacional muy fuerte a la vida religiosa con 19 años y fue admitida en el convento de Canonesas Agustinas de Santa Magdalena de Palma. Beatificada en 1792 por Pío VI y canonizada por Pío XI en 1930, destacó por su humildad, paciencia y una profunda espiritualidad. Sin embargo, y a pesar de que su legado escrito se limita a dos cartas que escribió, la importancia de su figura también radica en que fue la siguiente mujer española canonizada tras Teresa de Jesús. Las hermanas de la congregación subrayan que «en su tiempo fue un referente muy importante y hoy sigue siendo un estímulo de fidelidad a la Iglesia».

Entre los actos organizados por el Consell y el Obispado, destaca una conferencia que tuvo lugar el pasado martes sobre el mito tomasiano en el que el historiador de arte e investigador de Santa Catalina Tomàs, Gabriel Carrió, señaló que esta santa «constituye una aportación original a la historia del cristianismo y a la cultura». Asimismo, el presidente Llorenç Galmés ha destacado que «las manifestaciones sobre santa Catalina Tomàs son parte del patrimonio inmaterial de Mallorca y por eso es necesario reivindicar esta efeméride».