La sanidad pública y la cultura del cuidado - Alfa y Omega

La sanidad pública y la cultura del cuidado

Cuando la guerra y la inflación generan tanta incertidumbre en los hogares, los sistemas de protección social deben fortalecerse

Alfa y Omega

El pasado domingo, 13 de noviembre, una multitudinaria manifestación recorrió la capital para reclamar al Gobierno de la popular Isabel Díaz Ayuso que no descuide la sanidad ni a sus profesionales. Con el lema Madrid se levanta por la sanidad pública, más de 200.000 personas —según la Delegación del Gobierno— partieron de cuatro puntos para confluir en Cibeles, donde denunciaron lo que consideran un «plan de destrucción de la atención primaria».

Aunque la atención sanitaria en Madrid es la referencia nacional en numerosas áreas y muchos de sus datos —como las listas de espera— son mejores que los de otras comunidades, el Ejecutivo autonómico se equivocará si sigue reduciendo el malestar a una campaña de la izquierda y no hace autocrítica. Los partidos de la oposición, por su parte, errarán si sacan pecho de la movilización y agitan las calles sin otro fin que mejorar sus resultados en las elecciones de mayo, que hoy por hoy dan por perdidas.

La pandemia, como subrayó el Papa Francisco en pleno confinamiento, desenmascaró «nuestra vulnerabilidad» y dejó al descubierto «esas falsas y superfluas seguridades con las que habíamos construido nuestras agendas, nuestros proyectos, rutinas y prioridades». La gente se hizo consciente de su debilidad y se vieron las costuras del sistema sanitario, por el que habría que haber apostado con más fuerza tras una «tempestad» de estas características. Ahora, cuando la guerra y la inflación generan tanta incertidumbre en los hogares, los sistemas de protección social no deberían sino fortalecerse.

En palabras del Pontífice en un encuentro el pasado lunes con farmacéuticos, frente a «la cultura del consumismo y del derroche» hay que optar por «la cultura del cuidado», que se expresa en grandes elecciones como la política sanitaria, pero también en pequeñas elecciones de cada uno. Como sociedad, cuidarnos es el único camino.