La ruta canaria un año después - Alfa y Omega

La ruta canaria un año después

El fotoperiodista Javier Bauluz retrata en un libro la crisis migratoria de hace un año en las islas. Ahora, aunque las condiciones de acogida son mejores, siguen llegando migrantes y preocupan los niños

Fran Otero
Menores duermen a la intemperie en Canarias. Esta fotografía forma parte del libro #LaRutaCanaria, de Javier Bauluz. Foto: Javier Bauluz.

El fotoperiodista Javier Bauluz ha vuelto estos días a Gran Canaria, justo un año después de la crisis migratoria cuyo epicentro fue el muelle de Arguineguín, donde vivieron hacinados durante semanas miles de migrantes. Ha regresado, precisamente, para presentar #LaRutaCanaria, un libro fotográfico sobre la cobertura que hizo allí, que iba a ser de doce días y se extendió durante siete meses. En el libro recorre, a través de más de 100 imágenes, el citado muelle de Arguineguín, la alternativa de Barranco Seco y los campamentos, la respuesta de la población local —entre la solidaridad y la xenofobia—, y las muertes.

Según Bauluz, la selección muestra «el gran dislate que ha sucedido y sigue sucediendo con los migrantes que llegan a nuestro territorio y el maltrato que sufren en la acogida». También «la sobredosis de dolor ajeno innecesario» que pudo fotografiar y que, sin duda, le ha afectado.

El reconocido fotoperiodista mantiene contacto con algunos de los migrantes que su cámara ha inmortalizado para siempre; a alguno de ellos se lo cruzó en la llegada de una patera y luego en el «muelle de la vergüenza», a otros viviendo en la calle o escondidos en un barranco, aunque eran susceptibles de ser beneficiarios de protección internacional. A algunos les echó una mano para encontrar alojamiento o les invitó a pollo con patatas. Bauluz, que ha sido galardonado con el Premio Gabriel García Márquez junto con la periodista María Martín (El País) por su cobertura en las islas, guarda de forma especial la fotografía de seis chicos de 16 años tirados en el suelo de Las Palmas, al lado de la playa, con unas mantas y un saco, «abandonados por el mundo».

«Mantengo el contacto con ellos. Estuvieron en un centro de Cruz Roja para adultos siendo menores durante cuatro meses, a pesar de que tenían documentación que lo acreditaba. Cuando se abrió el campamento de Las Raíces, en Tenerife, se escaparon porque tenían miedo a ser trasladados allí y deportados. «Fue una odisea lograr que fueran a un lugar seguro», explica en conversación con este semanario.

La situación con respecto al año pasado ha mejorado mucho, una circunstancia que se une al descenso de llegadas: 3.709 en octubre de este año frente a las 5.328 del mismo mes de 2020. La realidad del muelle ya no existe y en el centro de atención temporal de extranjeros (CATE) de Barranco Seco, donde los migrantes pasan las primeras 72 horas, se han cambiado las tiendas de campaña donde se colaba el agua y la humedad por casetas. Eso sí, las deficiencias se encuentran ahora en las islas más pequeñas, como Lanzarote o Fuerteventura, donde los migrantes son internados en naves.

Bauluz ha estado en Lanzarote y constatado la presencia de familias con niños muy pequeños, desde 2 años, en estos lugares, «sin poder lavarse ni ducharse, con un solo grifo en el exterior». «He visto a policías inflando un guante de látex para dárselo a los niños como juguete, calentando biberones o con piruletas en el bolsillo al lado de la pistola. Algunos estaban enfadados y se preguntaban cómo es posible que hubiera niños allí», explica.

Por su parte, el abogado Daniel Arencibia, voluntario del Secretariado de Migraciones de la diócesis de Canarias y una de las grandes referencias durante la crisis, reconoce que las condiciones han mejorado en instalaciones y alimentación. Cita, como Bauluz, el caso de Barranco Seco, y la posibilidad de que los migrantes —él fue quien presentó el recurso en sede judicial y lo ganó— puedan viajar a la península.

Con todo, y a pesar de que valora mucho los esfuerzos de la Administración, sobre todo los de la autonómica, reconoce que hay cuestiones críticas. Se refiere, por ejemplo, a las naves en Lanzarote, a la situación de los menores en las islas —«han pasado de menos de 400 a más de 2.600 sin tiempo para dimensionar los recursos»— o de aquellos que cumplen 18 años y pasan de estar tutelados a quedarse en la calle. «Si llegas siendo mayor de edad tienes derecho a un campamento de Cruz Roja, pero si eres menor y cumples 18 en seis meses, acabas en la calle». Tampoco se ha hecho nada en materia de desaparecidos, cuyas familias siguen desesperadas.

La Ruta Canaria «Más allá del muelle»
Autor:

Javier Bauluz

Editorial:

Edición Javier Bauluz

Año de publicación:

2021

Páginas:

136

Precio:

25 €