¿Por qué Don Bosco es el patrón de los magos? - Alfa y Omega

¿Por qué Don Bosco es el patrón de los magos?

El ilusionista y salesiano Juan Carlos Aonso indaga en la pasión de Don Bosco por la magia y en cómo «supo aprovecharla para hacer el bien»

Juan Luis Vázquez Díaz-Mayordomo
Juan Carlos Aonso realiza el truco de los cubiletes durante una presentación de su libro. Foto cedida por Juan Carlos Aonso Diego

Cada 31 de enero, todos los magos del mundo celebran su fiesta en honor a su santo patrón: san Juan Bosco, fundador de los salesianos y gran aficionado a la magia.

«Para Don Bosco, la magia formaba parte de su propuesta educativa y de su manera de llevar el Evangelio a los jóvenes», afirma Juan Carlos Aonso, autor del libro Don Bosco y la magia, recientemente publicado por la editorial CCS.

Aonso, salesiano e ilusionista, como el santo italiano, revela que la afición de Don Bosco nació de niño, cuando «a los 11 años ya había visto en ferias el truco de los cubiletes, el que más reprodujo durante su vida y por el que es más conocido». Se trata de tres pequeños cubos que esconden y hacen aparecer bolas de distinto tamaño ante el asombro de los espectadores. «Era su juego favorito», confirma Aonso.

Junto a ello, también hacía aparecer monedas en las orejas de la gente, que disolvía y reducía a polvo, o iba sacando huevos de una bolsa vacía y convertía el agua en vino… Uno de sus trucos favoritos era hacer aparecer a todos los presentes con las caras deformadas e incluso sin cabeza; para ello se valía de unas lámparas de sodio. «Le servía para hablar sobre la fealdad del pecado y cómo nos hace perder la cabeza», dice el autor de Don Bosco y la magia.

Fiesta salesiana en España

Con motivo de la fiesta de su fundador, toda la familia salesiana en España se viste de gala. Juegos, actuaciones musicales, representaciones y competiciones deportivas marcan este día en las 137 escuelas que los salesianos y las salesianas tienen en nuestro país, donde estudian 91.700 alumnos y trabajan 6.500 profesores.

Junto a ello, más de 16.000 jóvenes aprenden un oficio en alguno de los 64 centros salesianos de Formación Profesional, y 86 entidades trabajan en su misión social en más de 500 proyectos de los que se benefician casi 60.000 personas.

Por otra parte, casi 48.800 niños, adolescentes y jóvenes disfrutan de las actividades de ocio y tiempo libre que ofrecen 131 centros juveniles salesianos, y más de 50 parroquias en todo el territorio dirigidas por salesianos, con sus 3.000 colaboradores, celebran especialmente este día de la fiesta.

Todos estos juegos «eran muy populares en las ferias de la época y Don Bosco los reproducía al llegar a casa», señala Aonso. Su objetivo era «atraer a los chicos con los que trabajaba y luego tener una pequeña charla con ellos, leer el Evangelio y rezar juntos también».

Solo en una ocasión el santo italiano se planteó abandonar esta afición. «Fue en el seminario, cuando recibió la sotana, porque pensó que no era propio de un sacerdote ir por ferias y hacer trucos de magia», cuenta Aonso. Sin embargo, «su director espiritual, san José Cafasso, lo convenció para que no lo dejara, porque veía en esos trucos algo positivo, por su capacidad de enganchar a los jóvenes».

De esta manera, Don Bosco siguió aprendiendo trucos distintos durante toda su vida, algo que propició que en 1953 un congreso de magos organizado en Segovia lo declarara patrono de los ilusionistas. Desde entonces, tanto en España como en Hispanoamérica y en otros muchos lugares del mundo, los aficionados a la magia lo recuerdan con admiración en su fiesta.

«Don Bosco tuvo la capacidad —asegura Juan Carlos Aonso— de considerar como un regalo todos los dones humanos. Supo percibir lo bueno y lo bello que hay en el mundo y logró aprovecharlo para hacer el bien».

Don Bosco y la magia
Autor:

Juan Carlos Aonso

Editorial:

CCS

Año de publicación:

2023

Páginas:

120

Precio:

15,20 €