«La piedad popular ha sido siempre el sustrato cultural de los pueblos» - Alfa y Omega

«La piedad popular ha sido siempre el sustrato cultural de los pueblos»

Estos días se celebra en Sevilla la segunda edición del Congreso de Hermandades y Piedad Popular, que se clausura el domingo con una procesión histórica

Ester Medina
El Santísimo Cristo de la Expiración, conocido como El Cachorro, estará en la procesión de clausura
El Santísimo Cristo de la Expiración, conocido como El Cachorro, estará en la procesión de clausura. Foto: Raúl Doblado.

Amparo es una nonagenaria cuya vida ha estado marcada por un ferviente amor al Cristo del Consuelo de Cazorla, en Jaén. «El más grande», como lo define con lágrimas en los ojos. Cuando su hijo mayor, Manolo, enfermó gravemente a los 29 años, ella le rezaba al Cristo «para que me lo dejara un año más». Su familia asegura que, si ha podido soportar su muerte, es porque el Cristo del Consuelo la ha sostenido.  Ahora no puede acostarse sin darle un beso a su estampa o acudir a él ante cualquier problema. 

Amparo, que pertenece a la Real Cofradía del Santísimo Cristo del Consuelo, es reflejo de una piedad popular espontánea y cálida, que nace de lo más profundo del corazón. «Ha sido siempre el sustrato cultural de los pueblos y un verdadero muro frente a todos los procesos de secularización que vive el mundo de hoy», señala en conversación con Alfa y Omega Joaquín de la Peña, secretario general del II Congreso Internacional de Hermandades y Piedad Popular, que se celebra del 4 al 8 de diciembre en Sevilla.

Cercanía del Papa

Como muestra de cercanía, el Papa Francisco envió una carta en latín dirigida al arzobispo hispalense, en la que subrayó la «fuerza evangelizadora muy eficaz» de las hermandades y cofradías, que «transmite una sed de Dios que solo los simples y pobres de espíritu pueden experimentar». Confieren además una gran capacidad de entregarse por la fe.

Este encuentro recoge el legado de la primera edición, que tuvo lugar en octubre de 1999. A partir de ella, «la Iglesia empieza a descubrir los valores que la piedad popular tiene para la evangelización», indica De la Peña. 25 años después, este evento quiere ser un tiempo de celebración y amistad, sin olvidar la reflexión y la contemplación que, según ha señalado el arzobispo de Sevilla, José Ángel Saiz Meneses, «nos dejarán un corpus doctrinal para el futuro». Para todo ello, están previstas adoraciones eucarísticas, más de 200 veneraciones de imágenes, 16 exposiciones y nueve conciertos en diferentes puntos de la capital andaluza. Uno de los momentos más emocionantes será este domingo, cuando el encuentro quede clausurado por una procesión histórica en la que ocho imágenes recorrerán juntas las calles. Será la primera vez que algunas de ellas salgan de sus localidades.

Bajo el lema Caminando en esperanza, el congreso reúne a cerca de 2.000 personas procedentes de países como México, Honduras, Suiza o Argentina. Pueden escuchar, por ejemplo, las ponencias del prefecto del Dicasterio para los Laicos, la Familia y la Vida, cardenal Kevin Joseph, o del de las Causas de los Santos, cardenal Marcello Semeraro. La Santa Sede también está presente con el sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, Edgar Peña Parra, quien el pasado martes fue recibido en el palacio arzobispal. 

Con los pobres en el centro

Lejos de quedarse en un análisis frío y académico, este evento quiere llevar a la práctica todo lo aprendido. Por eso, como obra social y corazón del congreso, se va a crear en Sevilla un centro de acogida para personas sin hogar. Con aproximadamente 20 plazas y diseñado para albergar a hombres y mujeres, De la Peña confiesa que es «un proyecto ambicioso» que servirá para atender a las más de 700 personas que duermen en la calle de la capital andaluza. Aunque aún se encuentra en fase de obtención de permisos, el secretario del congreso asegura que esperan tenerlo disponible el primer trimestre del próximo año. Explica que se integrará en la red de atención que ya tiene puesta en marcha el Arzobispado junto a parroquias y asociaciones como el Centro Amigo, gestionado por Cáritas, que acoge a personas en riesgo de exclusión social grave.

«Es muy necesario pararse, reflexionar y ver hacia dónde va el mundo cofrade; qué caminos hay que tomar y qué papel juegan las hermandades en la sociedad actual», destaca Silvia María Pérez para este semanario. Ella es catedrática de Historia Medieval de la Universidad Pablo de Olavide y una de las ponentes en una mesa redonda sobre liturgia, historia y derecho donde expondrá su trabajo sobre el papel de la mujer en las hermandades. «Si analizamos sus juntas de gobierno, las mujeres estamos en los cargos relacionados con formación y caridad, pero tenemos un papel secundario», apunta. 

La piedad popular, que es un fenómeno transversal, no atiende a clases sociales, procedencias o nivel económico. Como ha explicado el arzobispo Saiz Meneses, «cuando los costaleros llevan los pasos, debajo puede haber un empresario, un parado o un migrante», todos bajo una misma esperanza. «Cualquier bautizado puede encontrar en la hermandad una forma de vivir su fe», señala De la Peña.