La persecución contra el Iglesia en Nicaragua es diaria
Tras el destierro a Roma de 7 sacerdotes, Ortega ha detenido a otros dos y anulado Cáritas de Matagalpa cuyos bienes pasarán al Estado
No hay un día sin una agresión del régimen nicaragüense contra la Iglesia católica. Esta vez ha sido la anulación de Cáritas de Matagalpa, la diócesis de Rolando Álvarez y contra la que parece que Daniel Ortega y Rosario Murillo tienen especial inquina.
Hasta ahora tan solo funcionaban ocho Cáritas en el país. En febrero de 2022 ya fue cancelada la Cáritas de Estelí. A continuación, en 2023, le siguieron Cáritas de Nicaragua y Cáritas de Jinotega. Ambas Cáritas diocesanas se vieron obligadas a disolverse voluntariamente tras el continuo acoso de las autoridades.
Además de Cáritas, el régimen también canceló la personalidad jurídica de otras catorce asociaciones religiosas. Los bienes muebles e inmuebles de todas estas organizaciones pasarán al estado, en virtud de lo señalado en la Gaceta oficial del gobierno nicaragüense. Ese mismo documento se explica que Cáritas Matagalpa ha sido intervenida por no presentar sus cuentas entre 2020 y 2023. Con estas 15 asociaciones son más de 3.600 las organizaciones sin ánimo de lucro ilegalizadas desde diciembre de 2018.
Otros dos sacerdotes detenidos
Tras la expulsión a Roma de siete de los últimos sacerdotes detenidos, la policía sandinista volvió a detener a otros dos presbíteros de Matagalpa Estelí. El 10 de agosto fue arrestado el padre Leonel Balmaceda, párroco de la parroquia Jesús de Caridad, en el municipio de La Trinidad, Estelí. Con él también se llevaron a una colaboradora diocesana, Carmen Sáenz. El domingo 11 fue detenido el padre Denis Martínez, vicario de la catedral de Matagalpa.