«La pasión por el Evangelio no es una cuestión de estudios» - Alfa y Omega

«La pasión por el Evangelio no es una cuestión de estudios»

Según ha explicado el Papa en la audiencia, la evangelización no depende de un «compromiso individual o una característica personal», sino de un encuentro con el Señor

José Calderero de Aldecoa
Francisco ha recordado a san Pablo durante la audiencia. Foto: EFE / EPA / Ettore Ferrari.

El Papa ha reflexionado en la catequesis de la audiencia general de este miércoles sobre la pasión por el Evangelio y ha utilizado para ello la figura de san Pablo, cuyo «encuentro con el Señor Resucitado» transforma «todo su ser». Precisamente en ese encuentro radica el cambio de Saulo, que pasa de perseguidor a apóstol. Se produce la conversión, y es gracias a ella que «su celo por el Evangelio toma el lugar de su celo por el judaísmo».

A la luz de este pasaje, el Pontífice ha asegurado que «la pasión por el Evangelio no es una cuestión de estudios, que también sirven, pero no la generan». Se trata, más bien, de «recorrer esa misma experiencia de caída y resurrección que Pablo vivió y que está en el origen de la transfiguración de su impulso apostólico». En este sentido, el Santo Padre ha subrayado que la raíz del impulso evangélico es el amor mismo de Dios y no un compromiso individual o una característica personal.

Una vez transformados por el encuentro con el Señor, no cambia nuestra humanidad. Al contrario, Dios se sirve de ella. Ocurre algo similar en la Eucaristía: «El pan y el vino no desaparecen, sino que se convierten en el Cuerpo y la Sangre de Cristo», ha explicado. En el caso de Saulo, «su celo permanece, pero se convierte en el celo de Cristo». Según Francisco, «la humanidad de Pablo, su pasión por Dios y su gloria no es aniquilada, sino transformada, convertida por el Espíritu Santo».

Lamentablemente, ha concluido el Pontífice, «existe un celo malo, que puede llegar a justificar violencias y homicidios, a veces incluso en nombre de Dios». Sin embargo, la pasión por el Evangelio «nace de reconocerse misericordiados por Él, es decir pecadores perdonados, y esto infunden en nosotros la fuerza del Evangelio».

Nutrida representación española

La audiencia de este miércoles ha contado con una nutrida representación española. En ella ha participado la Cofradía del Santo Cristo y San Vicente Ferrer, de Graus, que se encuentran en Roma junto al obispo de Barbastro-Monzón, Ángel Pérez Pueyo. El prelado, de hecho, pudo saludar al Papa al final de la misma.

También ha estado presente una representación del equipo Cultural y Deportiva Leonesa, que han sido recibidos por el Pontífice con motivo del centenario del club. El equipo le ha hecho entrega de una camiseta y una bufanda, así como distintos obsequios del Ayuntamiento de León y de la Diputación.