La Paloma se vuelca en la reconstrucción
Dos años después de la explosión que destrozó un edificio parroquial y acabó con la vida de cuatro personas, la feligresía lanza camisetas, un cuento y hasta una cerveza para sufragar los trabajos
Si el primer año fue el del duelo y el segundo, el de la esperanza, este tercero será el de la construcción. El edificio de la parroquia Virgen de la Paloma y San Pedro el Real que voló por los aires el 20 de enero de 2021 aún permanece provisionalmente reforzado con planchas metálicas. Por la parte interna se aprecian todavía algunas ventanas con los cristales rotos; son las que menos sufrieron por la explosión de gas que acabó con la vida de cuatro personas cuando Madrid aún estaba recuperándose del susto de Filomena. A la espera de la licencia de obras, para la que ya no queda mucho, Gabriel Benedicto, el párroco, reconoce que vive marcado por una cita bíblica: «Y Dios dio ánimo a Esdrás para construir el templo». Porque la esperanza está muy bien, «pero hay que pringarse las manos».
Los niños de Primera Comunión aún se preparan en el colegio La Salle; hay ocho comunidades del Camino Neocatecumenal —de las 18 que caminan en la parroquia— que se siguen reuniendo fuera… «Nos hemos acostumbrado a vivir de manera provisoria y necesitamos volver a tener una casa donde desarrollar toda la vida de la parroquia y lo que gira en torno a la Virgen». Estas últimas fiestas de la Paloma, el concurso de chotis y la cena de los bomberos del Ayuntamiento —bajo el patrocinio de la Virgen más castiza—, que tradicionalmente se celebraban en el patio, se trasladaron a la calle. En esta «situación como de exilio», sin avances administrativos que impulsaran la reconstrucción del edificio siniestrado, el párroco vio claro que había que mover al pueblo, a la comunidad parroquial. Buscan dos millones de euros y el resto lo financiarán. Por el momento han recaudado un cuarto del objetivo «pidiendo a muchos poco», que así es como vio que el Espíritu Santo se lo proponía. «Esto es igual que las gotas de lluvia que caen en el tejado, que las recoge la canaleta y sale un caño».
Para lograrlo han decidido poner en marcha pequeños proyectos. La idea partió de los jóvenes, que empezaron a diseñar sudaderas y camisetas para venderlas. El próximo domingo, 15 de enero, se inaugurará una página web que alojará todas las iniciativas para reconstruir el catecumenium, el centro parroquial que en sí es un centro de formación en la fe, «una fe vivida en familia». Las sudaderas y camisetas se venderán online junto a llaveros, pulseras de tela, cuentos para niños con la historia de la Virgen de la Paloma —cuyas ilustraciones son obra de una madre de familia de la parroquia— y hasta cervezas. Una fábrica de lúpulo artesanal de Madrid les ha ofrecido un primer lote de 1.000 para distribuir por los bares del barrio y vender a través de la web. Habrá que diseñar la etiqueta y ajustar el nombre; han apostado por La + popular, que unida a la imagen de la Virgen que también va en las pulseras y en las camisetas, remitirá a una advocación mariana con mucho arraigo en Madrid. También venderán calcetines, unos con la imagen de esta Virgen —que, por cierto, es adaptación del tatuaje de una joven—, y otros con coches de bomberos. Y han abierto una línea de negocio con el diseño de camisetas personalizadas de la JMJ Lisboa 2023 para grupos y parroquias. «Ya nos han pedido 2.000».
En la web se irá dando cuenta también de otros eventos previstos para este año, que son esas gotas de lluvia de las que hablaba el párroco y en cuya preparación hay involucradas cerca de 50 personas. En abril habrá una cena de gala en un hotel a la que se invitará a un cantante famoso, se subastarán productos musicales… El junio se celebrará un desconcierto siguiendo la estela de aquellos que los sacerdotes de la parroquia hicieron por YouTube en pandemia, y que tantos éxitos cosecharon. En septiembre se peregrinará a Tierra Santa pagando un poco más como donativo, y también se está pensando en algún evento deportivo, «como un partido benéfico Real Madrid-Barça femenino». Además, están contactando con entidades católicas tipo parroquias, universidades o cabildos, que quieran ayudar. Y junto a esto, se buscan personajes famosos que, mediante el hashtag #YoReconstruyoLaPaloma, pongan cara a la campaña de recaudación. El primero ya lo tienen: Enrique Cerezo, productor cinematográfico y presidente del Atlético de Madrid, nacido en la calle de la Paloma, y que ha prestado no solo su cara, sino también su dinero.
«Nosotros sabemos lo que es que te pase algo que te supera», les dicen en la parroquia a aquellos que acuden abatidos por la vida. Dos años después de la tragedia, y con el reposo de lo vivido, el párroco de la Paloma sabe que esto ha servido para «dar testimonio de que la muerte ha sido vencida; no sin dolor, pero Dios ayuda. Dios no nos deja solos». Un testimonio también de «seguir dando gracias a Dios y sirviendo a los hombres, evitando la queja». Esta Navidad, por ejemplo, «hemos vuelto a los concursos de villancicos, al campamento urbano para que descansen los abuelos —ríe—, a la fiesta de Nochevieja —en la que hicieron un Cluedo—, a la visita a la cárcel de Valdemoro…».
Pero han sido momentos también de saber aceptar los caminos de Dios, que no siempre son los que uno pensaba. Más fácil sería para la parroquia conseguir un gran donativo, pero «quizá así vamos a evangelizar más; a lo mejor la gente se encuentra con un cuerpo vivo que es la Iglesia, que acoge, que escucha, que es casa, familia…». Por eso, hacer este recorrido «en el que se vea su gloria, y no la nuestra», dejando «que Dios sea Dios», es seguir un camino «de humildad y de cruz para que se muestre la Resurrección».