La oposición democrática bielorrusa, premio Sájarov a libertad de conciencia - Alfa y Omega

La oposición democrática bielorrusa, premio Sájarov a libertad de conciencia

Desde el entorno de los activistas ambientales de Honduras, finalistas, se agradece el reconocimiento y se pide a la UE medidas concretas para apoyarlos

María Martínez López
Svetlana Tikhanovskaya
Svetlana Tikhanovskaya. Foto: EFE / EPA / Stephanie Lecocq.

La oposición democrática de Bielorrusia, una iniciativa encabezada por la líder opositora en el exilio, Svetlana Tijanóvskaya, y que incluye también a la Nobel de Literatura Svetlana Alexievich, obtuvo este jueves el premio Sájarov a la libertad de conciencia 2020 que otorga el Parlamento Europeo.

El presidente de la Eurocámara, David Sassoli, anunció el fallo de esta edición del galardón tras una reunión de la Conferencia de Presidentes, informa Efe. «Las protestas multitudinarias que están teniendo lugar en las calles de Bielorrusia han conmovido al mundo en las últimas once semanas. A la vez que crece nuestra admiración por el pueblo bielorruso, también nos enfurecen las cada vez más violentas repercusiones por parte del (presidente, Alexandr) Lukashenko», dijo Sassoli ante el pleno de la Eurocámara. Enfrente están los opositores, que «día día demuestran que son la personificación de la libertad de pensamiento y expresión que reconoce y premia el Sájarov», incidió Sassoli, que añadió que «la violencia nunca vencerá a la verdad».

El Parlamento Europeo concede desde 1988 el premio Sájarov, un galardón nombrado en honor al físico soviético y disidente político Andréi Sájarov, que reconoce a individuos y organizaciones excepcionales en su defensa de los derechos humanos y las libertades fundamentales. La candidatura de la oposición bielorrusa fue planteada por los tres grupos mayoritarios del Parlamento Europeo —populares, socialdemócratas y liberales— y finalmente recibió también el apoyo del grupo de los conservadores y reformistas.

Ser finalistas ya es «un reconocimiento»

En la votación final del galardón, la oposición bielorrusa prevaleció sobre las otras dos candidaturas finalistas. La primera la compartían la activista ambiental hondureña Berta Cáceres, asesinada en marzo de 2016, y otro grupo de doce activistas, encarcelados en el mismo país desde hace más de un año. Su nominación procede de la Izquierda Unitaria Europea (GUE/NGL) y Los Verdes (Greens/EFA). La segunda la ostentaba el arzobispo de Mosul, monseñor Najeeb Michael Mousa.

Aunque no hayan resultado ganadores, ya llegar a la final supone «un reconocimiento» que «agradecemos» a la lucha «y a la sangre derramada por cientos de defensores americanos, muchos de ellos indígenas, que arriesgan su vida» con «valentía y compromiso», y en ocasiones la pierden, «para defender esta tierra y sus recursos naturales y oponerse a la implantación de un modelo extractivista». Habla, en declaraciones a Alfa y Omega, Pedro Landa, de la entidad Iglesias y Minería.

Berta Cáceres lideró la lucha contra la construcción de una presa dentro del territorio del pueblo indígena lenca. En diciembre de 2019, siete personas fueron condenadas por el Tribunal de Sentencia de Honduras a entre 30 y 50 años de cárcel como autores materiales de su asesinato.

Impunidad para los autores materiales

Entre los condenados solo había un representante de Desarrollos Energéticos S. A., la empresa hidroeléctrica a la que se enfrentaba Cáceres. Se trata de David Castillo, y ahora podría darse a la fuga. Así lo ha denunciado el Consejo Cívico de Organizaciones Populares e Indígenas de Honduras (COPINH).

Castillo se encontraba en prisión desde el 2 de marzo de 2018. Pero el viernes 16 de octubre el Comité para la Defensa de los Derechos Humanos (CODEH), una ONG «progobierno y a favor de las empresas extractivas», explica Landa, presentó en la Corte Suprema de Justicia un recurso de habeas corpus en su favor, por lo que es previsible que quede en libertad. «Él sería el vínculo entre el capitán transnacional y el asesinato». «Sigue habiendo impunidad».

Foto: CNS.

Dos años en prisión preventiva

Junto a Cáceres, estaban nominados doce activistas defensores del territorio del río Guapinol frente a la minera Inversiones Los Pinares. «Siete de ellos llevan ya un año en prisión preventiva, y otro, dos, sin que se haya iniciado el juicio contra ellos», explican desde Iglesias y Minería. El proceso se retrasa continuamente porque «no existen pruebas reales y se mostró que todas las acusaciones eran falsas». Para ellos, el fallo del Premio Sajarov viene acompañado de otra buena noticia. El día 16, la Corte de Apelaciones de lo Penal de Francisco Morazán resolvió declarar el sobreseimiento definitivo de su caso.

Un paso adelante, oscurecido sin embargo por «otra agresión reciente contra el pueblo hondureño» con la aprobación de las dos primeras Zonas de Empleo y Desarrollo Económico, una especie de ciudades modelo cuyos promotores «tendrían autonomía administrativa, financiera, de Gobierno», y que suponen una violación de la autonomía de los territorios y un avance en la pérdida de la soberanía.

Exigencias a Europa

Landa recuerda también que «Global Witness ha declarado nuevamente a Honduras como el país más peligroso del mundo para la defensa de los derechos humanos y ambientales y para los activistas». Y añade que, mientras Centroamérica camina hacia el bicentenario de su independencia en 2021, «la situación se asemeja más a una de nuevo colonialismo». Por todo ello, «la lucha de Berta sigue más activa que nunca».

Desde Iglesias y Minería «seguimos demandando a la comunidad internacional que cese la ayuda al Gobierno de Honduras en apoyo militar y de otro tipo, mientras no se demuestra la independencia entre los poderes» del Estado. Y la nominación y elección como finalistas del Premio Sajarov a sus activistas ambientales «obliga» a ello de forma especial a la Unión Europea.

En concreto, Landa le sugiere «revisar» la colaboración mediante el programa EuroJusticia, que en teoría está dirigido a «fortalecer la independencia judicial». Pero «la UE conoce bien» que no se avanza en este sentido. Por ejemplo, «el Fiscal General del Estado recibió este cargo como premio» por haber apoyado que las zonas de desarrollo económico son constitucionales. «Europa debería cesar esta cooperación en la medida en que no se den muestras claras de querer avanzar».

El otro finalista, el arzobispo de Mosul

El último finalista, a propuesta del bloque Identidad y Democracia (en el que están el antiguo Frente Nacional francés, Alternativa por Alemania y la Liga italiana), era el arzobispo de Mosul, monseñor Najeeb Michaeel Mousa. Originario de esta ciudad, monseñor Mousa ingresó a los 24 años en la Orden de Predicadores. Fue ordenado sacerdote por monseñor Pierre Claverie, el obispo mártir (y ahora beato) de Orán (Argelia). Ahora, se sienta en la sede de otro mártir, monseñor Paulos Faraj Rahho, arzobispo de Mosul entre 2001 y 2008. Ese año fue secuestrado y asesinado por un grupo yihadista.

Cuando llegó el Daesh, Mousa estaba instalado en el pueblo cristiano de Qaraqosh, en la llanura de Nínive. Como responsable del archivo de los dominicos en Mosul, se dedicó a entrar de forma clandestina en la ciudad para rescatar manuscritos antiguos y cartas centenarias, incluyendo biblias, textos de filosofía y literatura, diccionarios, y también libros islámicos «como comentarios sobre el Corán y la sharia o textos de filósofos musulmanes, algunos de los siglos XI y XII».