La nueva nunciatura en Armenia llama a «nuevos caminos para la paz»

La nueva nunciatura en Armenia llama a «abrir nuevos caminos para la paz en la región»

Al inaugurar la nueva sede diplomática del Vaticano, Edgar Peña Parra ha mostrado el «apoyo» a la agenda de Armenia para el desarme, los derechos humanos y la libertad religiosa, y a la preservación de su «rico patrimonio»

María Martínez López
Nueva nunciatura en Armenia
El ministro de Exteriores armenio, Ararat Mirzoyan, y Peña Parra durante la inauguración. Foto: Radio Pública Armenia.

El sustituto para los Asuntos Generales de la Secretaría de Estado del Vaticano, Edgar Peña Parra, ha inaugurado este miércoles la nueva sede de la Nunciatura en Ereván, la capital de Armenia. La nueva nunciatura permanente permitirá al nuncio, José Bettencourt, llevar a cabo su labor diplomática desde el mismo país y no, como ocurría hasta ahora, desde la vecina Georgia, donde también es nuncio.;

La apertura «sirve como un signo claro de la solicitud y preocupación del Santo Padre por la gente de este noble país», y «demuestra las sólidas relaciones bilaterales que ya existen» entre ambos estados, ha subrayado Peña Parra durante el acto. Un entendimiento que se debe en buena medida «a nuestro mutuo aprecio por el papel positivo que la religión juega en la sociedad civil».

«La fe cristiana ha sostenido a este gran pueblo, especialmente durante los momentos difíciles de su historia», marcados por la «discriminación y la persecución», ha afirmado el sustituto. También «ayudó a formar el rico patrimonio espiritual y cultural de Armenia que sigue siendo hoy una fuente de orgullo y seguirá inspirando y enriqueciendo las vidas de las futuras generaciones».

«Cooperación y amistad»

Poco antes, durante su visita al Ministerio de Exteriores, Peña Parra ha incidido en esta relación de «cooperación y amistad» con «esta noble tierra, que es el hogar de una porción de ese antiguo pueblo que fue el primero en abrazar la fe cristiana». Ha subrayado además la variada presencia social, educativa y caritativa de la Iglesia, como el Hospital Redemptoris Mater, construido en 1991 después del devastador terremoto de 1988; o Cáritas Armenia. O «la promoción de las tradiciones y la literatura armenias que llevan a cabo los padres mequitaristas».

En este sentido, se ha mostrado seguro de que la presencia de una embajada vaticana «ciertamente será útil para resolver futuras cuestiones y encontrar soluciones satisfactorias a través de los medios legales apropiados». Además, «será para Armenia y la comunidad internacional más amplia un símbolo de la necesidad de construir puentes, de crear oportunidades para el encuentro y de abrir nuevos caminos para una paz justa y estable en la región».

En este sentido, el representante de la Secretaría de Estado ha mostrado el «apoyo» de la Santa Sede a «las cuestiones en la agenda del Gobierno armenio y la comunidad internacional en lo que respecta a la paz y el desarme, los derechos humanos y el desarrollo cultural, la libertad religiosa y la protección y salvaguarda del medio ambiente».

Agradecimiento al Papa

Durante el mismo acto, el ministro de Exteriores, Ararat Mirzoyan, ha agradecido la cercanía continua del Papa Francisco, informa ArmenPress. En primer lugar, por «adoptar una posición inequívoca y de principio sobre el genocidio armenio, contribuyendo así a la prevención de estos crímenes en el futuro». Uno de los actos públicos de Peña Parra este miércoles ha sido la visita al Memorial del Genocidio Armenio de la capital, para rendir homenaje a las víctimas.

Más recientemente, el ministro ha recordado los continuos llamamientos a la paz del Santo Padre durante el conflicto de hace un año en la región de Artsaj o Nagorno Karabaj, disputada con Azerbaiyán. Este país, «violando el derecho humanitario internacional» y los compromisos adquiridos en el alto el fuego, «sigue teniendo en cautividad a prisioneros de guerra y civiles armenios». Por ello, ha pedido al Papa que «recuerde siempre en sus oraciones y discursos públicos» esta cuestión y «subraye la necesidad de su inmediata puesta en libertad».

Asimismo, ha subrayado el interés que tanto la Santa Sede como la UNESCO han mostrado por la preservación del patrimonio histórico y cultural de Artsaj, amenazado por la presencia de Azerbaiyán.