La nueva evangelización recorre España. La alegría que viene del cielo
Uno de los frutos de las JMJ es el fortalecimiento de la vocación evangelizadora de la juventud. En la JMJ de Madrid, Benedicto XVI pidió a los jóvenes: «No os guardéis a Cristo para vosotros mismos. Comunicad a los demás la alegría de vuestra fe». En vísperas del Año de la fe, cada vez más jóvenes le toman la palabra al Papa y salen a la calle para anunciar a Cristo a los nuevos pobres: los alejados, los que no tienen fe
«Llevad el amor de Cristo por todo el mundo. Él quiere que seáis sus apóstoles en el siglo veintiuno y los mensajeros de su alegría. ¡No lo defraudéis!»: estas palabras del Papa en la Eucaristía de envío durante la pasada JMJ no se han quedado en un bello recuerdo de verano. Cada vez están surgiendo más iniciativas de nueva evangelización y de primer anuncio del amor de Dios, y se están llevando a cabo en las calles de nuestras ciudades y pueblos. Durante estos días, se está desarrollando en la diócesis de Alcalá de Henares el festival de evangelización Arde Complutum, una semana de formación, oración, vida en comunidad y evangelización en la calle que lleva a cabo el grupo diocesano de evangelización Kerygma, enviado por su obispo, monseñor Juan Antonio Reig Plà. «El núcleo del festival es la oración —señala uno de sus responsables, Carlos Cortés—: primero, orar; segundo, orar; y tercero, orar». Por la mañana, celebran la Eucaristía, tienen un rato de Lectio divina, rezan el Rosario…, y por la tarde salen a la calle para evangelizar. «Vamos de dos en dos —relata Carlos—, por la calle, por las casas, por los parques…; el objetivo es anunciar el kerygma, una predicación muy sencilla y muy directa: Queremos invitarte a un rato de oración, Jesús te espera, Jesús te quiere… Las reacciones van desde un No me interesa, hasta un diálogo en el que intentamos anunciar el amor de Dios, porque la Buena Noticia es el Señor y queremos llevar a la gente a Él».
Reconoce Carlos que, «aunque hay conversiones con nombres y apellidos, nosotros dejamos los frutos en manos de Dios»; pero ya piensan en cómo enganchar a los que se convierten o vuelven a la Iglesia: «No se puede evangelizar a la gente y luego dejarlos sueltos. La unión con la Iglesia debe ser la parroquia que evangeliza, que es la que debe acoger a las personas. Además, para el año que viene estamos pensando en crear una comunidad para estas personas, una comunidad en la que puedan empezar a vivir la fe».
Esta experiencia no sólo cambia la vida de aquellos que reciben el anuncio, sino también de aquellos que llevan a cabo la misión. «Estamos viviendo lo que vivían los discípulos en los Hechos de los Apóstoles. Ayer, un religioso empezó a hablar con unos chicos, y luego tuvo que subirse en alto en una plaza para predicar, como hacía san Francisco de Asís; Nunca me había pasado esto, nos decía. Es el Espíritu Santo el que te lleva a abandonarte y vivir la evangelización. Cuando termina la misión, contamos lo que nos ha sucedido, y acabamos muy contentos. Se experimenta una alegría sobrenatural; vamos con miedo, pero volvemos con una alegría que viene del cielo». Para los que aún quieran sumarse a esta experiencia, Arde Complutum concluirá pasado mañana, sábado, en la plaza de los Santos Niños, de Alcalá de Henares, a las 21 horas.
La primera condición, la Adoración
La importancia de la misión en los países de antigua tradición cristiana la han abordado también varios encuentros recientes, como Id y proclamad, celebrado en Zaragoza el pasado fin de semana, que ha contado con veladas de nueva evangelización, entrevistas, actuaciones musicales, testimonios, proyecciones… En él han participado, entre otros, varios impulsores europeos de experiencias evangelizadoras: el padre Arnau Adrien, Rector del Seminario de Frejús-Toulon (Francia); el padre Luca Paitoni, consiliario para Italia de las Escuelas de evangelización San Andrés; el padre Diego Muñoz, misionero popular; o la Fraternidad Arca de María. Uno de los momentos principales del encuentro fue la noche de Adoración, porque «la primera condición para la nueva evangelización es la adoración: si queremos llevar a los hombres y mujeres del siglo XXI a la fe en Jesucristo, debemos recuperar la capacidad de adorarlo en el Santísimo Sacramento», como afirma monseñor Dominique Rey, obispo de Frejús-Toulon, uno de los prelados europeos más comprometidos en la nueva evangelización.
Quizá por eso, el X Encuentro de Jóvenes Adoradores, organizado por la Adoración Nocturna Española y también celebrado en Zaragoza, tuvo como centro la Eucaristía. Con el lema Arraigados y edificados en la Eucaristía, firmes hacia la nueva evangelización, en él se dieron cita jóvenes de toda España que velaron toda la noche ante Jesús sacramentado, y escucharon las palabras de monseñor Manuel Ureña, arzobispo de Zaragoza, sobre La Eucaristía: fuente y cima de la nueva evangelización.
Y ya hay en el horizonte otros encuentros en los que discernir más de cerca la llamada de Dios a la evangelización. Uno de ellos es el que organiza Jóvenes por el Reino de Cristo (JRC), El Corazón de Cristo, fuente de la nueva evangelización, del 13 al 16 de septiembre. Con todo ello, se hacen presente las palabras de Juan Pablo II: «La nueva evangelización necesita nuevos testigos; personas que hayan experimentado un cambio concreto en sus vidas, por su encuentro con Jesucristo, y que sean capaces de transmitir a otros esa experiencia». En España, ya son muchos, jóvenes y adultos, los que se están sumando a la propuesta del Santo Padre de evangelizar España.