La nueva edición de 40 Días por la Vida se estrena con un bebé salvado
Cuatro nuevos lugares se suman a la campaña, mientras en Vitoria se queda en suspenso temporalmente por las denuncias del pasado otoño
El pasado miércoles, una pareja acudió a una clínica de Madrid a abortar. Los acompañaba la madre de ella. Mientras los padres entraban en el centro, la abuela se quedó fuera hablando con los voluntarios de la organización Refugio Provida. «La animaron a que nos pidiera oración a nosotros porque la pareja de su hija tenía muchas dudas». Así lo hizo ella, «aunque no era creyente. Al rato salieron del abortorio diciendo que no iban a abortar».
Nayeli Rodríguez, responsable de 40 Días por la Vida en España, narra cómo se salvó una vida en Madrid en el primer día de la edición de Cuaresma de esta campaña de ayuno, oración y testimonio por la vida. Los voluntarios lo han vivido como un espaldarazo, al igual que el hecho de que «no dejan de aumentar las ciudades que se apuntan a campañas».
Los equipos de Madrid y Alicante, donde ya había campaña, se han animado a convocar vigilias delante de un segundo centro. Además, se ha organizado por primera vez en Gijón y Albacete. «Hay conciencia de la urgencia de este tema». El jueves 16 de febrero, el Congreso refrendó la reforma de la ley del aborto que consagra su designación como derecho. En la ciudad castellanomanchega, «la coordinadora no es nueva en el mundo provida, lleva muchos años con otras actividades y ahora ha recurrido a la campaña con la esperanza de que se reactive el movimiento en la ciudad. Aparte del resto de actividades que se puedan hacer, la oración es muy importante».
Estas nuevas ciudades se suman a Barcelona, donde se realizan tres campañas, y a otras 16 ciudades de toda la geografía española. «Estamos muy contentos. No dejamos de recibir testimonios de otros luegares interesados». De hecho, desde España la campaña de 40 Días por la Vida ha llegado incluso a la República Checa, un país muy secularizado. «La coordina un asturiano que vive allí, y cuya madre participa aquí».
Ante las denuncias
Este crecimiento constante se produce a pesar de que ya lleva casi un año en vigor la ley que penaliza hasta con cárcel el acoso a las mujeres que van a abortar, y de que en otoño se presentaron denuncias por este motivo contra los voluntarios que rezaban en Vitoria y San Sebastián. «Miedo podía haber el año pasado, en esta edición ya no», subraya Rodríguez. «Ya sabemos a qué nos enfrentamos, y que solo hemos tenido problemas en el País Vasco», donde «ya los había habido antes».
«Intentamos adaptarnos a las circunstancias» de cada sitio, explica la responsable nacional. Por ejemplo, durante esta edición no se van a organizar vigilias en Vitoria, donde ocho voluntarios están denunciados. «Más que por prudencia, no se ha organizado porque están agotados. Recibieron muchísima presión también en su entorno».
En San Sebastián, donde solo hay una persona denunciada, «sí tienen campaña, pero se han desplazado a 100 metros «para proteger a los voluntarios». Ha sido «una decisión difícil» de tomar, «pero sabemos que es algo temporal» hasta que se aclare la situación judicial. «Se hace para poder continuar la oración presencial. Además, están en una plaza pública, así que se sigue dando testimonio».
Antes de sumarse a un turno, todos los voluntarios deben inscribirse con sus datos y firmar una declaración de paz en la que se comprometen a ser respetuosos y no dirigirse a las mujeres que van a abortar a no ser que ellas les hablen antes. El protocolo también indica que no se responda a las agresiones y se colabore con las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad, incluso si les ordenan alejarse. Los responsables de la campaña y los abogados son los que responden en esos casos. Eso sí, el siguiente turno vuelve a empezar en el lugar de la convocatoria.
Además, en las recomendaciones «pedimos que las personas migrantes que estén en proceso de recibir el permiso de residencia o la nacionalidad y las personas que tengan antecedentes penales no acudan a rezar, o lo hagan los días en que el abortorio esté cerrado».
Así será menos probable que desde la clínica los denuncien. Por otro lado, las personas que por cualquier limitación no puedan acudir a rezar físicamente, también pueden sumarse a las campañas con su oración y su ayuno.