La noche del 24, el único musical que cuenta la historia de la Navidad
Javier Lorenzo lleva a las tablas una obra distinta: «Muchos montajes son sobre la amistad, los regalos, la generosidad, o la nieve… Queremos recordar por qué celebramos la Navidad», dice
Herodes está nervioso. Los magos de Oriente, que llegaron a su palacio preguntando por el recién nacido rey de los judíos, y a los que pidió que volvieran con noticias cuando lo encontraran, no han regresado. Un niño amenaza su poder, y no está dispuesto a consentirlo. Así que le encarga a uno de sus soldados, Aarón, que investigue qué pasó la noche del 24 en Belén interrogando a todos los que estuvieron allí. Y van apareciendo la estrella de Oriente, una diva de los años 50 de Hollywood venida a menos, el pastorcillo Zabulón, los posaderos, el borrico Moreno… Este es el argumento de la comedia musical La noche del 24, que se representa estos días en Madrid inspirada en la primera Navidad y que ha supuesto darle forma escénica a un guion de obra teatral de 2010.
«Lo escribí hace once años con mi hermano Benja», cuenta Javier Lorenzo, el director, que abandonó su carrera como docente para luchar por su sueño, por lo que «siempre llevé en el corazón»: la interpretación.
Su primer trabajo fue con el director de cine Santiago Requejo, al que conoció en unos premios cinematográficos. Con él protagonizó la campaña Una asignatura apasionante, que lanzó la Conferencia Episcopal en 2013 para animar a estudiar la materia. La fructífera colaboración, ya como guionista, con Requejo, cuajó con la exitosa película Abuelos, galardonada con los premios José María Forqué y del Círculo de Escritores Cinematográficos en la edición de 2020.
En mayo de este año, tras el fracaso de varios proyectos, Lorenzo rescató el guion de la obra navideña. El texto lo había hecho junto a su hermano Benjamín para poder representarlo con sus alumnos, cuando era profesor, porque «yo buscaba obras de teatro de Navidad, pero no encontraba nada que hablara del nacimiento de Jesús; todas eran sobre la amistad, los regalos, la generosidad, o que había nieve». En el fondo, «queríamos recordarnos a nosotros por qué celebrábamos la Navidad». Lo escribieron y llegaron a representarla en la Universidad Francisco de Vitoria, «como obra de teatro, y en amateur».
Como la idea de llevar la obra de teatro a un musical la tenía Lorenzo desde hace tiempo, decidió ponerle patas haciendo un «espectáculo profesional». «La historia en sí es una pasada, la historia de Navidad es muy de guion de cine: la victoria de la sencillez, de la pobreza, sobre el poder… Es algo muy universal», dice. Al equipo se incorporó el pianista y compositor Álvaro Galindo –que ha hecho las diez canciones originales– y ocho actores profesionales, y empezaron los ensayos… en la casa de Javier. «Mi mujer se encargaba del vestuario, los actores bailando, de repente uno estaba durmiendo a mi quinta hija, de cuatro meses… Todo una locura, pero muy bonito. Hemos creado como una familia y creo que esto se transmite en la obra».
Y aquí Lorenzo desvela la clave de La noche del 24: «Contar la historia a través de los testigos que estuvieron allí, de aquellos a quienes el encontrarse con ese Niño les ha cambiado la vida», porque «hoy nosotros tocamos a Cristo a través de los testigos». «El tema de las canciones le ha dado una dimensión muy grande y muy emotiva; hay canciones que son casi una oración, pero sin perder ese ritmo, ese sentido del humor».
Porque de esto, el musical tiene mucho. «Es una manera de abordar el tema nada ñoña y a la vez con una cierta profundidad. Los niños salen muy contentos, y los adultos, muy conmovidos». A Javier le impacta, de hecho, ver a algunos emocionados hasta las lágrimas, y otros que le piden el CD de las canciones: «¡pero aún no nos ha dado tiempo a grabarlo!».
«Está siendo un regalazo», resume el director. «Incluso el que no cree, está deseando que le cuenten que puede suceder algo inesperado que te cambie la vida; esta magia de la Navidad la compartimos los que creemos y los que no, todos deseamos que suceda algo. Nosotros sabemos que ya ha sucedido, y esto es lo que queríamos contar: que esto que estáis buscando con las luces de Navidad en las calles, que es maravilloso porque refleja ese deseo del hombre de que suceda un imprevisto, ¡ya ha sucedido y puede volver a suceder!».
El sueño de los integrantes del musical es que «esto se convierta en una tradición en Navidad». Han empezado de forma sencilla –«aunque yo ya me veía en la Gran Vía», ríe Lorenzo– yendo «como un circo ambulante» por colegios, y a la vez están haciendo estrenos los fines de semana abiertos al público, que les están yendo muy bien. La función del colegio J. H. Newman, el próximo 22 de noviembre, tiene ya casi agotadas las 400 entradas, y queda otra sesión el día 28 en el teatro Fernández-Baldor (en el recinto del colegio diocesano San Ignacio de Loyola, de Torrelodones). A este ritmo, «no estamos planteando abrir más fechas».
Además, alguna de las funciones han sido benéficas, a favor de Familias para la Acogida, la campaña ¡Lleva ilusión! del proyecto Enfoque de la diócesis de Madrid, y Cáritas La Palma (la de este próximo 22 de diciembre). «¡Parecemos los Reyes Magos!», concluye Lorenzo.