«La mutilación genital femenina es una forma de tortura» - Alfa y Omega

«La mutilación genital femenina es una forma de tortura»

Entreculturas alerta de que la pandemia puede frenar los avances conseguidos en los últimos 20 años

Redacción
Erbye Deepe es monitora comunitaria de Fe y Alegría en la región de Guéra, una de las zonas con los índices más altos de mutilación genital femenina. Foto: Entreculturas.

Este sábado se celebra el Día Internacional de Tolerancia Cero con la Mutilación Genital Femenina, una día para sensibilizar sobre la necesidad de sumar esfuerzos en la eliminación de esta práctica. Una práctica que, según la ONU, ya han sufrido 200 mujeres y niñas en 30 países, explica Entreculturas en un comunicado.

En esta tarea está muy implicada la ONG jesuita a través de su programa La Luz de la Niñas, en colaboración con el Servicio Jesuita a Refugiados y Fe y Alegría. «Trabajamos en diferentes países sensibilizando a la comunidad, a través de la educación, para cambiar actitudes y creencias que generan violencia contra las niñas y mujeres y concienciar sobre las graves consecuencias de estas prácticas dañinas”, explica Isabel Menchero, responsable técnico de este programa.

A través de él ya se han atendido a más de 48.000 niñas con las que Entreculturas lleva trabajando cinco años en 17 países de América Latina y África en contextos de extrema exclusión, comunidades indígenas, periferias urbanas, campos de personas refugiadas.

Una de ellos es Chad. Allí, en la región de Guéra, La Luz de las Niñas está siendo clave para garantizar el respeto por los derechos de las niñas, para hacer de la escuela un espacio de aprendizaje para ellas y reforzar su papel en el desarrollo comunitario. Esta zona es una de las zonas con los índices más altos de mutilación genital femenina, ya que en la región el 90 % de las mujeres han sido mutiladas.

«Pienso que la mutilación genital femenina es una forma de tortura, pues se hace contra la voluntad de las niñas y les causa gran daño. La educación es importante en la lucha contra la mutilación genital femenina porque permite a las niñas conocer sus derechos, sus responsabilidades y su importancia en la sociedad», señala Erbye Deepe, monitora comunitaria de Fe y Alegría en Mongo, capital de la región.

Entreculturas, además, forma parte de la coalición No Quiero junto con Amnistía Internacional, Save the Children y Mundo Cooperante.

La amenaza de la pandemia

Aunque el número de casos se ha reducido significativamente entre el año 2000 y 2017, la pandemia, según Entreculturas, está frenando los avances relativos a la protección de las niñas y a la eliminación de este tipo de prácticas dañinas. Y añade: «Esto supone dejar en la sombra otra pandemia, la de la discriminación que amenaza la vida de más 240 millones de niñas en todo el mundo y por ende, la consecución de una de las metas de Objetivos de Desarrollo Sostenible».

UNESCO alertaba al principio de la emergencia sanitaria sobre dos décadas pérdidas para los derechos de las niñas si no se actuaba de manera urgente. La invisibilidad y el confinamiento amenazaban con agudizar la situación de violencia, exclusión y vulnerabilidad de miles de niñas y mujeres, en todo el mundo. Debido a las interrupciones en los programas de prevención se producirán un total de 2 millones de mutilaciones adicionales que podrían ser evitadas.