La misteriosa ermita del cañón del río Lobos
Rodeada de leyendas que van desde los templarios a la caída del caballo del apóstol Santiago, la ermita de San Bartolomé, erigida en medio del Parque Natural del Cañón del Río Lobos, es uno de los templos más visitados de Soria y de Castilla y León
Cuenta la leyenda que era uno de los cinco conventos que tenía la Orden del Temple en Castilla en el momento de su disolución, en 1312. Y que no era cualquier edificación: era el centro del mundo para los caballeros, ya que la distancia desde la ermita de San Bartolomé hasta los cabos de Creus (Gerona) al este, y Finisterre (La Coruña) al oeste, es la misma.
También cuentan las voces antiguas que el apóstol Santiago, montado sobre su caballo, saltó desde lo alto del cañón del río Lobos, enclave en el que se sitúa el templo. Los cascos del corcel dejaron sus huellas sobre la piedra, la espada del santo peregrino cayó al suelo, y allí donde quedó clavada es donde se edificaría este templo de San Bartolomé —denominado así porque se identifica con la Comunidad de San Bartolomé que componen los términos cercanos de Herrera de Soria, Ucero y Nafría de Ucero—.
Pero este halo de misterio es solo eso. Un cebo que atrae la atención de curiosos que, sumados a los excursionistas que disfrutan del singular enclave natural y de los fieles que van a venerar al santo Bartolomé y a la Virgen de la Salud, han convertido la ermita del río Lobos en uno de los puntales turísticos, no ya de Soria, sino de Castilla y León.
El edificio, tardorrománico del siglo XIII y de influencia cisterciense, se asienta sobre un peñasco de roca natural. «Aunque la documentación fidedigna que tenemos constatada es a partir del siglo XV, en la que figura que pertenecía a una abadía dependiente de los canónigos del Burgo de Osma», asegura José Sala, párroco del pueblo de Ucero y encargado de la ermita.
Construido en sillería caliza, la ermita de San Bartolomé está orientado hacia el río y en ligero descenso. De planta de cruz latina, tiene ábside semicircular, nave única y crucero. La ermita apenas presenta alteraciones con respecto a sus formas originales, lo que permite la contemplación de este edificio en su pureza primitiva.
Figuras enigmáticas
La portada destaca con un arco apuntado formado por seis arquivoltas decoradas con motivos vegetales y molduras geométricas. La arquivolta superior queda enmarcada por una fila horizontal de canecillos, uno de los elementos más llamativos del conjunto arquitectónico. En ellos, entre otras figuras enigmáticas, se encuentran un hombre con tonel, un gaitero, dos danzantes y una cabeza tonsurada.
En el lado sur se encuentra la capilla presidida por la imagen de san Bartolomé, del siglo XVIII. En el centro, preside la iglesia una talla barroca de Cristo del siglo XVII. Y en la capilla norte se encuentra el retablo de la Virgen de la Salud, del siglo XVIII.
Aquellos que quieran estirar los rayos de sol están a tiempo de hacer una excursión preotoñal al cañón del río Lobos. Abarca una superficie de más de 10.000 hectáreas, de las cuales un tercio corresponden a la provincia de Burgos y dos tercios a Soria.
En el parque existen varios senderos para conocer diferentes paisajes, desde un corto paseo a la ermita de San Bartolomé hasta rutas para recorrer el cañón en toda su extensión. La ermita está abierta los fines de semana desde Semana Santa hasta junio. En los meses de julio y agosto se puede visitar cada día —menos los lunes— y vuelve a cerrarse a diario hasta la festividad de Todos los Santos.
El día grande es la festividad de las Letanías, el martes anterior al día de la Ascensión. Día que se celebra a la Virgen de la Salud, y todo el pueblo de Ucero y alrededores peregrina al templo para sacar en procesión a la Virgen y asistir a la Eucaristía. En agosto se celebra la romería de san Bartolomé que, aunque dedicada al santo, también saca a la Virgen en procesión.