La manoseada dialéctica de la lucha - Alfa y Omega

La manoseada dialéctica de la lucha

Alfa y Omega

Una mañana de fin de semana en unas jornadas deportivas de un colegio católico. Familias de múltiples hijos bajo el sol primaveral comentan la actualidad. Pero no con aire dominguero, sino con indignación y rabia. «Van a por nosotros», «están buscando sistemáticamente eliminar a la familia», «persiguen a la Iglesia», «quieren terminar con la vida». «Hay que dar la batalla». La cultural, la vital, la familiar, la intelectual. La batalla, en todas sus acepciones. La dialéctica de la lucha de buenos contra malos, o malos contra buenos, cada vez coge más fuerza. Quizá lo más llamativo sea que, en la mayoría de las ocasiones, no pase de un comentario, vehemente, eso sí, entre compadres. Es indudable que estamos en un tiempo de ruptura con la tradición y que los valores cristianos que han conformado la Vieja Europa están siendo borrados por el «todo vale mientras yo esté a gustito». Pero lo que también está lejos de toda duda es que la vocación del cristiano es ir «y anunciar a los hermanos que vayan a Galilea». Con el poder de la Palabra, no del ariete. Con la alegría del Evangelio, no con el ceño fruncido. Con el amor por bandera, no con el odio al que no tuvo —todavía— la inmensa dicha de encontrarse con Él.